TAMAULIPAS.- Sin contar la brecha salarial como una violencia de género, ni el techo de cristal que impide a una mujer lograr más asensos en su trabajo, sin estimar tampoco que el suelo pegajoso, el doméstico, que es otra traba que no deja que las mujeres se desarrollen de mejor manera en su actividad laboral, el INEGI nos cuenta que más de once millones de mexicanas sufren o han sufrido violencia laboral, en el caso de Tamaulipas, el 23.6 por ciento de la población de mujeres mayores de 15 años han sido o son agredidas, en este momento, en su lugar de trabajo.
De acuerdo con la ENDIREH, lo que declaran las afectadas es que el 90 por ciento de las violencias laborales ocurren precisamente en los espacios de trabajo, otras más camino o cerca de las instalaciones donde trabajan, y los principales agresores son los compañeros de trabajo y el patrón.
El ejercicio estadístico levantado el año pasado para conocer la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, preguntó a las mujeres que trabajan sobre las condiciones en las que laboran, específicamente sobre sí experimentaban discriminación laboral, violencia sexual, psicológica y física en sus entornos laborales.
Como sabemos, nosotras tentemos otros datos, dado que las cifras del INEGI nos ofrecen un panorama de lo que le dicen las personas entrevistadas a los encuestadores, y en casos de violencias hacia la mujer, son número sub estimados, dado que es poca o nula la declaración de la víctima, un tanto porque no se reconoce como agredida y otro porque no desea hablar, por temor a represalias, en su trabajo y en su familia.
Aun así, la discriminación es la violencia que más reportan las víctimas, donde tienen dificultades para ascender y les pagan menos que a un hombre por igual trabajo, le sigue la violencia sexual, sin embargo, aquí no se detallan expresamente lo datos oscuros sobre el acoso, la intimidación, el hostigamiento o la violación.
Recientemente, un hombre hizo circular un meme en las redes sociales, para hacer referencia el ambiente laboral que priva en muchas de las oficinas, donde el compañero pica las costillas a su compañera, supuestamente en forma de juego, el internauta captó muchas vistas y la conversación se hizo viral, y es precisamente esa normalización del acoso u hostigamiento sexual lo que más conviene al sistema patriarcal y machista que sigue abusando, a la vista de todos, de todas o de quienes por costumbre aceptan los tocamientos.
En la reflexión para este debate, las colectivas feministas movilizaron sus etiquetas para dar claridad al tema, sí te pican las costillas es acoso, no es un juego, explicaron a detalla y subieron a la conversación a especialistas en violencia de género; además las mismas usuarias de la red expresaron que se sienten incomodas con estas actitudes machistas, que es desagradables estar en ambientes mixtos donde los hombres siempre desean tocarlas, y plantearon la pregunta a los varones: ¿Tú eres el que pica las costillas? Eres un acosador, un violentador y nadie desea convivir con un agresor de mujeres.