TAMAULIPAS.- El sábado por la mañana nos enteramos del enésimo accidente protagonizado por otra de esas terroríficas unidades de doble remolque. Sucedió cerca de Hidalgo donde como sabemos, fallecieron dieciocho personas calcinadas por el desprendimiento de un contenedor repleto de combustible que chocó con un autobús donde viajaban trabajadores con destino a Monterrey.
No fue un hecho aislado porque esta clase de desgracias son frecuentes en nuestro estado al igual que en distintas partes del país, sin que parezca importar a las autoridades, a pesar de las denuncias, quejas y protestas del ciudadano común que al viajar por carretera pone en riesgo su vida debido a la tolerancia e impunidad para con los propietarios de dichos vehículos quienes tranquilamente realizan sus negocios sin que nadie los moleste. Sus ganancias son dobles y es fácil imaginar que la corrupción sigue haciendo de las suyas en este sentido.
Usted dirá que la inmoralidad oficial es una enfermedad que la república padece desde hace muchos años y tiene razón. Y tan grave es que ni el gobierno de la 4T ha tenido la suficiente voluntad para terminar con este flagelo. El columnista recuerda que ya se tocó el tema en alguna “mañanera” y AMLO prometió solución, sin embargo, transcurren semanas, meses y años y la situación sigue igual. Con todo respeto aquí hay que colocarle una tacha en la frente al Presidente por no exigir al titular de SCT (Manuel Eduardo Gómez Parra), que aplique el reglamento con todo rigor. Al respecto ha de saber que los malditos dobles remolques están prohibidos pero los funcionarios literalmente se hacen pendejos, dicho sea, con el coraje de alguien que gusta disfrutar la carretera a sabiendas de que a la vuelta de cualquier curva puede topar con uno de estos vehículos que, según evidencias informativas, son conducidos por sujetos que se drogan en el afán de rendir más, ganar más y servir mejor al patrón.
El asunto es que al gobierno le vale pura progenitora la seguridad de los viajantes. Y es que por la SCT ha pasado cada fichita, vea algunos que fueron titulares: Pedro Cerisola y Weber, (operador en Tamaulipas del fraude a AMLO en 2006); Gerardo Ruiz Esparza quien al fallecer enfrentaba proceso por corrupción; Emilio Gamboa Patrón, bajo sospecha por los casos de pederastia denunciados por Lydia Cacho en su libro “Los demonios del edén”. Amigo del empresario Kamel Nacif Borge, uno de los acusados que al parecer huyó a medio oriente, con el que se ventilaron comprometedores audios; Luis Téllez Kuenzier, nombrado por Calderón en SCT pero que en tiempos de Ernesto Zedillo, siendo jefe de la oficina de la presidencia y posteriormente secretario de energía, fue considerado como el poder tras el trono o más bien, “rey de la intriga” y al que mucho se debe la confrontación entre EZ y Salinas de Gortari, la decisión devaluatoria del peso, así como la conversión de la deuda privada de los bancos en pública, el tristemente célebre Fobaproa que los mexicas pagaremos por los siglos de los siglos.
Con estos antecedentes y otros más como el de Andrés Caso Lombardo, nombrado por CSG en SCT, creador del letrerito “doble semirremolque” que colocado en la parte posterior de las unidades aún se disfraza el volumen que realmente transportan. Total, que en este aspecto hasta AMLO se hace como tío Lolo. En tanto crece el luto en muchos hogares.
LO QUE OLVIDA ELBA ESTHER
Parece que con su reciente matrimonio la ex cacique del SNTE perdió la memoria. Dice que el frente la SEP le gustaría ver a una persona que dominara el tema educativo y no a Leticia Ramírez que “le da pena”. Elba Esther Gordillo olvida a quienes transcurrieron por la dependencia sin el más remoto conocimiento del asunto, por ejemplo, Josefina Vázquez Mota, Alonso José Ricardo Lujambio, Manuel Bartlett Díaz, Fausto Alzati (el que fuera echado por falsear títulos) y Ernesto Zedillo, entre otros.
Lo que parece doler a doña Elba es que la nueva secretaria en un tiempo fue su adversaria en el SNTE y en tal condición borró del mapa al sindicalismo oficial convirtiendo a la CNTE la sección nueve a la que ambas pertenecían. Sea que fue literalmente expulsada por el grupo al que pertenecía Leticia Ramírez.
En entrevista aparecida este domingo en Reforma, EEG niega ser culpable del delito de corrupción por el cual permaneció seis años en la cárcel, como si no supiera lo que de ella piensan los maestros que utilizó y manipuló desde la época de Salinas de Gortari hasta Felipe Calderón. A este último aportó la fuerza del SNTE para lograr la presidencia. Y ni modo que sea invento.
SUCEDE QUE
Como priista vergonzante, Roberto González Barba “ignora” que su partido se entregó “en cuerpecito” al excandidato panista a la gubernatura. Igualito que en “El listón de tu pelo” de “Los ángeles azules”.
Y hasta la próxima.