ALTAMIRA, TAMAULIPAS.- Además del desgaste físico, las mujeres que enfrentan el cáncer deben luchar ante la carencia de medicamentos que se ha vuelto crítica en los últimos cuatro años.
Ante el desabasto y lo costoso del tratamiento, las familias de las pacientes, incluso los amigos hacen actividades para recaudar dinero que les ayude a cubrir los gastos que muchas veces no pueden garantizar las instituciones de salud.
En Estación Esteros, se llevó a cabo el pasado fin de semana un zumbatón para apoyar a Yuriko, Adriana y Nohelia.
Las familias de las tres pacientes también vendieron aguas, frituras, tamales, tacos, así como un bazar, con el único objetivo de juntar recursos económicos.
Un grupo de mujeres que viven en Houston, Texas, realizaron a cada una de las pacientes aportaciones.
«Agradezco infinitamente a las personas que me apoyaron en el zumbatón, a cada una de las organizadoras, a las que asistieron a bailar, a consumir, muchas gracias a mí familia que me apoyó para la venta, Dios les bendiga en gran manera y les multiplique», señaló Zuley Yañez.
¿Por qué yo?
Carolina Muñoz Rodríguez, residente de Esteros, lucha desde hace cuatro años contra el cáncer de riñón con metástasis en los dos pulmones.
Cuando se enteró del diagnóstico se hizo muchas preguntas ¿Por qué yo?, ¿Qué falló? ¿Qué comí?, sin embargo no hay respuesta para los cuestionamientos.
Para ella, el tratamiento ha sido desesperanzador y agotador, ya que por el colapso del sistema de salud ha tenido que sacar fuerzas de donde no las hay y poder conseguir las consultas y medicinas.
«Hay días con ganas de ni siquiera abrir los ojos, tendida en la cama, me levanto y sonrío porque tengo un hijo, un hijo que yo sé que me ama con todo su corazón y dos o tres veces lo he visto llorar, cuando le pregunto que porqué llora me dice que no, me echa mentiras que son problemas sentimentales».
Cuando habla con su hija también se da cuenta de su preocupación, «qué quieren que les diga yo a ellos, cuando tiene uno sobre su cabeza una sentencia de muerte».
Le da miedo pronunciar la enfermedad que padece, sabe que en comparación a otro tipo de cáncer, el suyo es más complicado de detectar.
Hay mujeres -dijo- que pueden hacerse estudios y que pueden salvar su vida, como las que tienen de mama donde solo hay que estar pendientes de los bultitos, «pero en mi caso que es del riñón con problemas en los pulmones, ni me di cuenta cuándo comenzó hasta que tuve síntomas bastante alarmantes».
Hizo un llamado a las mujeres para que estén al pendiente de su salud, tomarse un día para hacerse revisiones y acudir con un médico que les resuelva todas las dudas.
«Trabajo siempre habrá, preocupaciones en la casa siempre vamos a tener, qué nos cuesta mujeres si nos tomamos un día para revisarnos, sacar una consulta con el ginecólogo, para hacer una consulta con un médico que nos disipen cualquier duda para prevenir esa enfermedad, en muchos casos está enfermedad se puede prevenir y en muchos casos es curable cuando se detecta a tiempo».
MUERTES POR FALTA DE MEDICAMENTOS
La fundadora y presidenta de la asociación «Guerreras con Turbantes», María Teresa Salinas López ha señalado que se han presentado consecuencias por no tener el tratamiento adecuado para enfrentar la enfermedad de la que cada día aumentan los casos.
Durante septiembre, dos mujeres han perdido la batalla por complicaciones a causa del cáncer de mama y a la falta de medicamentos en hospitales del sur de Tamaulipas.
El cáncer no respeta edades, ya que una de las víctimas tenía 39 años de edad, mientras que la segunda era una señora de 63 años de edad.
En la agrupación que encabeza hay 67 mujeres, que no tienen la capacidad de comprar los medicamentos para el tratamiento, debido al elevado costo de los fármacos.
No solamente se deben hacer programas de concientización el mes dedicado al cáncer de mama, sino que debe ser a diario para evitar que más mujeres pierdan la batalla.
Un medicamento contra el cáncer va desde los 4 a los 100 mil pesos, algunos deben tomarse de manera diaria, aunado a vacunas que tienen un costo superior a los 120 mil pesos.
Por Óscar Figueroa
Expreso-La Razón
