CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La policía local convertida hace 3 semanas en Guardia Estatal, sufre una crisis aguda que hoy tiene a más de medio millar de sus oficiales “bajo la lupa” y prácticamente con un pie fuera de la corporación.
Han pasado más de 20 años, 4 administraciones de Gobierno del Estado, donde se han ofrecido ambiciosos proyectos de saneamiento, con distintos personajes civiles y militares al mando y la policía estatal continúa como un dolor de cabeza.
A partir del 1 de octubre pasado, la nueva gestión administrativa inició un intento más: por humanizar a ese cuerpo de seguridad y transformarlo en uno que de verdad que esté al servicio de la ciudadanía y la proteja.
“Para que esa organización tenga un sesgo de humanismo, más capacitación en derechos humanos con uso controlado de la fuerza y esté siempre velando por intereses de la sociedad buscando su bienestar y mejor desarrollo”, dijo el gobernador Américo Villarreal Anaya al entregar a mitad de noviembre 13 patrullas nuevas de la Guardia Estatal al municipio de Nuevo Laredo.
En tanto que en las fronteras “naufraga” desde hace 2 décadas la policía estatal, el secretario de Seguridad Pública de Tamaulipas,
Sergio Hernando Chávez García, dijo a reporteros que “tenemos 650 elementos que están suspendidos” de 5 mil que integran la ahora Guardia Estatal son investigados y si no reciben una certificación positiva se tienen que ir.
El funcionario explicó que al más de medio millar de oficiales se les aplican pruebas y hasta se analizan sus declaraciones para tomar decisiones ejemplares como; suspensiones o ser separados del servicio.
En la Guardia Estatal sólo permanecerán los reúnan el perfil de respeto a los derechos humanos y estén siempre conscientes de los límites en el uso de la fuerza al momento de cumplir su responsabilidad.
Al menos ese es el propósito de la nueva administración del Gobierno de Tamaulipas en el rubro seguridad.
Para ello la Secretaría de Seguridad Pública echará mano de la Universidad de Seguridad y Justicia del Estado de Tamaulipas, la que intervendrá con apoyo académico a través de cursos, entre otras herramientas.
A finales de septiembre, en vísperas del relevo sexenal, se confirmó la baja de 800 oficiales por reprobar en control y confianza, actos de corrupción, desertar o hasta participar en asesinatos.
Dos mil 789 quejas o denuncias que los involucraron fueron investigadas o atendidas a lo largo del sexenio pasado.
Por lo cual la anterior Policía Estatal entregó al nuevo gobierno morenista de Villarreal Anaya sólo 4 mil 600 elementos.
“Ocho elementos los hemos procesado y entregado a la autoridad ministerial por delitos graves”, reconoció el responsable de Seguridad Pública de Tamaulipas, José Jorge Ontiveros Molina.
Pero no sólo los policías “de a pie” son responsables de la mala imagen de la corporación.
Ocho meses antes de que el 1 de octubre de 2016 Francisco Javier Cabeza de Vaca iniciara su gestión como Gobernador, autoridades federales revelaron que de entre 98 mandos, 2 reprobaron las pruebas que los habilitan a los cargos.
El reporte sólo confirmaba lo que ha sido una de las principales problemáticas de la policía del Estado en más de 2 décadas: la falta de confianza en un porcentaje de sus elementos.
El informe de finales de enero de 2016 incluía a 88 agentes estatales reprobados, de entre 3 mil 33 en activo, lo que representaba apenas un 3 por ciento.
El porcentaje colocaba como quiera “en el ojo del huracán” a la corporación incluso a nivel internacional.
Por Magdiel Hernández
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— Expreso (@ExpresoPress) October 17, 2022