Desde los años dorados del PRI, cuando era el consentido de los presidentes en tiempos de Carlos Jonguitud Barrios y después en tiempo de Salinas con la atemporal Elba Esther Gordillo, el sindicato magisterial ha sido un aliado incondicional y también, favorecido del régimen en turno.
Con la Cuatroté las cosas no cambiaron en el fondo, pues solamente en la forma se dejó de considerar un aportador de votos y de apoyo a las movilizaciones en favor de Andrés Manuel. Hoy, a nivel nacional el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se sigue moviendo en función de los intereses que antes estaban lejos de beneficiar a sus agremiados.
Tamaulipas no es la excepción, pues cuando el PRI era todopoderoso, se convirtió en un ariete para romper cualquier posibilidad de que la oposición tuviera el respaldo de ese numeroso sector. Luego, con los Vientos de Cambio, la organización se acomodó a lo que dictaba la alternancia.
Pero eso se terminó y por eso, ahora la elección de la nueva dirigencia magisterial en Tamaulipas ha puesto los ánimos intensos dentro de la sección 30 del SNTE. El sindicato es ahora un aliado malquerido por el PRI que está lejos de sus años de gloria, aunque sigue siendo visto por el PAN y especialmente por el cabecismo residual, como uno de sus últimos reductos de poder.
La pelea por la dirigencia sindical de la Sección 30 del SNTE es entre Arnulfo Rodríguez -considerado representante del llamado charrismo sindical-, Naim Hamscho -emisario del cabecismo que se resiste a irse- y Abelardo Ibarra -a quien se ve como el que puede darle un nuevo rumbo a la organización-, las cosas se han ido a un punto en el que las alianzas pueden ser vitales.
Una idea de cómo están las cosas nos la da una encuesta atribuida a Massive Caller y que ayer se difundió de varias maneras, en la que los profesores consultados expresan una preferencia de 43 por ciento por Abelardo Ibarra, mientras que Hamscho alcanza el 25 por ciento y Arnulfo apenas el 14.4%.
El proceso interno de la Sección 30 del SNTE se realizará el próximo fin de semana y ahí se definirá si la organización magisterial será una extensión del régimen estatal anterior, regresa a las viejas prácticas o se decide por un rumbo diferente.
La medición de las intenciones de voto de los maestros tamaulipecos en favor de cada uno de lo tres aspirantes muestra que hay una franja importante de aproximadamente el 17% de los encuestados, que dice no tener definido el sentido de su sufragio.
Las elecciones serán diferentes al pasado, pues atendiendo las nuevas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo enmarcadas en el TMEC, los afiliados podrán votar de manera directa, libre, mediante papeletas y en urnas, eliminando el viejo estilo de hacerlo a mano alzada, que servía para presionar e inhibir la participación de los disidentes.
No se requiere de mucho análisis para entender que en tiempos de la incipiente Cuatroté en Tamaulipas, los maestros serán vistos como aliados, como avanzada para romper una de las últimas posiciones que el grupo que estaba en el gobierno anterior quiere seguir controlando a través de uno de los aspirantes.
ESCOTILLA
El fin de semana leía con interés un artículo publicado por el tampiqueño Carlos Heredia Zubieta en El Universal, sobre el papel del ejército en la vida pública y su cada vez más frecuente aparición como referente en asuntos de índole política.
En lo particular coincido con Heredia Zubieta cuando expresa su inquietud por que en la Cuatroté quieran convertir a las fuerzas armadas en un actor político, que venga siendo una especie de soporte a todo lo que quiera hacer el Presidente en turno, empezando por Andrés Manuel.
Creo que vale la pena reflexionar sobre esto, especialmente porque el texto es escrito por alguien considerado un intelectual de izquierda, alguien que conoce bien a López Obrador y también, que ha mantenido una distancia del movimiento precisamente porque es de una tendencia moderada, sensata, tolerante. A muchos seguidores de Andrés Manuel no les gustará lo que dice Heredia, pero esa es solamente una de las muchas voces que comienzan a advertir sobre una situación que el fanatismo no deja ver.
POR TOMÁS BRIONES
abarloventotam@gmail.com