En vez de explosiones, la gente opta por comprar luces en los puestos de pirotecnia autorizados en Altamira.
Sin embargo, los vendedores puntualizan que las luces no dejan de ser riesgosas para los niños, por tal motivo se les recomienda a los padres de familia supervisarlos al momento de usarlos.
«Las ventas se han mantenido tranquilas por las inclemencias del tiempo, pero esperamos que repunten a fin de año», comentó la comerciante, Grecia Sánchez.
La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), autorizó tres puestos de pirotecnia y están en el muelle de la laguna Champayán, el horario de venta es de 10 de la mañana a 10 de la noche y estarán hasta el día 2 de enero.
«Se venden más las cebollitas para los niños, las bolas de humo, la luz de bengala y vendemos más luces, más llamativos y por los niños quienes son espectadores».
El lugar de venta se encuentra acordonado y hay tanques de arena, de agua, hay extintores y el acceso es controlado como medida de seguridad.
«Exhortamos a los padres de familia de que es bajo supervisión de un adulto y que es lo que hace cada producto y tengo como 20 años viniendo a Altamira para vender pirotecnia», mencionó Grecia Sánchez.
Óscar Figueroa/La Razón




