Después de múltiples decepciones, en la segunda mitad del 2016 la afición del sur de Tamaulipas recibió una noticia que parecía demasiado buena.
Grupo Orlegi, uno de los más sólidos en la industria del futbol mexicano, se haría cargo del equipo de casa para regresarlo a los primeros planos nacionales.
No podía pedirse más. Su presidente, Alejandro Irarragorri, era visto como uno de los personajes más influyentes en la órbita de la Federación Mexicana, y además podía presumir de muchos éxitos deportivos con su equipo emblema, Santos de Torreón.
Detrás de ese desembarco en Tampico había un trasfondo político, como suele ocurrir en el fútbol de nuestro país.
Orlegi trajo su negocio a Tamaulipas porque recién había comenzado la administración de Francisco García Cabeza de Vaca, con quien Irarragorri mantenía una buena relación personal.
Los primeros meses fueron complicados en lo deportivo: el equipo daba pena en la cancha, tanto que estuvo a punto de descender.
Pero en lo económico, ahora sabemos, las cosas cuadraron a la perfección para los empresarios foráneos.
No sólo por las entradas al Estadio Tamaulipas, que mejoraron cuando se reforzó al equipo, sino porque desde el Gobierno del Estado empezaron a fluir recursos públicos que fueron inyectados de manera constante a la razón social TM Futbol Club S.A.P.I de C.V.
La “cooperación” pública fue de 50 millones de pesos anuales, como reveló el portal informativo Elefante Blanco, que salieron de las Secretarías de Educación, Desarrollo Económico, Bienestar Social, Desarrollo Urbano y el Instituto del Deporte.
Todo ello a cambio de un supuesto “servicio de promoción de imagen”.
Ya en el ocaso de la anterior administración, cuando empezó a derrumbarse la posibilidad de permanecer en el poder un sexenio más, Orlegi hizo maletas y de un día para atrás anunció el retiro de su inversión, y la desaparición del equipo.
Se había acabado el negocio auspiciado por el dinero de los tamaulipecos. El poderoso grupo se fue de la entidad sin haber dejado una sola cancha deportiva o una escuela de futbol para los niños.
Por eso, hacen bien los diputados en revivir el tema y exigir que se investiguen las circunstancias en las que el dinero que debería estar destinado a la educación y el Bienestar Social se entregó a una empresa privada de futbol.
2023: año prioritario
El gobernador Américo Villarreal Anaya estará el domingo en Matamoros para dar inicio a los trabajos de dragado del puerto, que deben realizarse para que puedan ingresar barcos de mayor calado, y presten servicio a las empresas que ya buscan hidrocarburos en las aguas profundas del Golfo de México.
Enclavado en El Mezquital, el complejo portuario será una de las obras emblemáticas del sexenio.
Lo que se busca con ello evidentemente es detonar el desarrollo económico de la región, y se sumaría a otros proyectos que se han puesto sobre la mesa como la conversión del puerto de Tampico para darle una vocación turística y de servicios.
Por lo pronto, el gobernador aprovechó la salutación con sus secretarios para enviarles el mensaje de que este mismo año deben sentarse las bases de un gobierno en el que el bienestar social sea la prioridad.
Por Miguel Domínguez Flores