Muchos piensan que Joseph Goebbels —el promotor del nazismo de Hitler— es considerado «el padre» de la propaganda moderna. Sin embargo, el mérito auténtico parece tenerlo un judío de nombre Edward Bernays.
Bernays es conocido por haber escrito el libro «Propaganda» en 1928, en el cual desarrolló teorías sobre cómo esta técnica de comunicación podría ser utilizada para controlar a las masas.
El autor consideraba la propaganda como una herramienta poderosa para la manipulación de la opinión pública y creía que podría ser utilizada para mejorar la vida de las personas. De ahí que Bernays haya llegado a ser considerado como «el padre de la manipulación de masas» debido a su trabajo en la creación de técnicas para influir en las opiniones y comportamientos de las personas.
La propaganda ha evolucionado mucho en estos casi cien años de vigencia. Adquiere hoy una importancia especial la llamada «Propaganda Perversa», la cual busca la manipulación intencional de la información con el objetivo de influir en las opiniones, creencias o comportamientos de la gente.
Es «perversa» porque las campañas a través de ella se utilizan para desacreditar a un grupo o individuo o para promover una agenda política e ideológica con fines maquiavélicos. La Propaganda Perversa puede ser difícil de detectar debido a que puede ser disfrazada como información veraz u objetiva.
Una de sus tácticas más comunes es la distorsión de la verdad. Se utilizan medios y canales institucionales para presentar información falsa o distorsionada como si fuera auténtica. Otra táctica es la simplificación excesiva, es decir, se presentan argumentos complejos de manera reduccionista para hacerlos fáciles de comprender. La imprecisión en el lenguaje resulta clave para lograrlo.
Uno de los practicantes extremos de la Propaganda Perversa es China. Este país ha sido acusado frecuentemente de aplicarla para influir en la opinión pública en el extranjero y en su territorio.
China tiene un sistema de censura riguroso que controla qué se puede decir y qué no en los medios de comunicación. Esto se utiliza para controlar la información que se difunde y evitar la crítica a las políticas del gobierno.
A este país le ha funcionado en especial la Propaganda Perversa en las redes sociales. China ha sido acusada de utilizar bots y cuentas falsas para difundir mensajes positivos relacionados con el Partido Comunista, controlar narrativas, intimidar a la academia y para desacreditar a sus críticos.
Nuestros países latinoamericanos no escapan a padecer este tipo de propaganda. Nicaragua, Venezuela y Cuba se anotan como promotores de ella. Hay quienes advierten que en México este tipo de tácticas son cada vez más comunes.
La educación de la población siempre será un buen camino para evitar caer en la Propaganda Perversa. Hoy más que nunca resulta imperante educar a los ciudadanos para que aprendan a detectarla, de tal manera que puedan estar alertas, tomar decisiones informadas y no ser manipulados.
Por Homero Hinojosa