El propio secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, estimó que el PIB creció menos del 3% en 2022, nivel muy inferior al rebote positivo de 4.8% en el 2021.
Esto da una clara muestra del inicio de la desaceleración al mostrar que continúa sin superarse la crisis postpandemia, máxime que ya el gobierno de EEUU reconoció que en 2023 se presentará una recesión en su economía.
No obstante que el crecimiento fue positivo en los pasados cuatro trimestres, siendo el segundo trimestre el más dinámico con ritmos de crecimiento de 1.2% y un crecimiento acumulado poco menor al 3% del PIB, este crecimiento no logro igualar al del 2021, además que se inició a desacelerar en los dos últimos trimestres.
La economía nacional está sufriendo para regresar a los niveles prepandemia, ya que en 2020 el PIB decreció fuertemente en un 8.2% negativo, en 2021 rebotó al 4.8% positivo, por lo que con el crecimiento menor al 3%, no permitió estos dos años al menos igualar la pérdida anterior, estando en el balance por debajo del precovid, al registrarse aún una pérdida neta de 0.5 puntos.
Esto nos permite estimar que el 2023 seguirá desacelerándose, al prevenir que las exportaciones hacia EEUU tendrán un freno del crecimiento por la esperada recesión norteamericana, además, igualmente se verán afectadas los pasados crecimientos en la recepción de remesas por las mismas causas. Ambos fenómenos, por ver lo que suceda en la economía estadounidense, el verdadero motor económico.
Ahora los propios analistas del Banco Mundial, nos dan una mala noticia al bajar sus expectativas del crecimiento esperado del PIB mexicano, al bajar de la anterior expectativa superior al 1.8% a un nuevo crecimiento cercano de solo el 0.9%.
Por el lado de las remesas, se espera que el desempleo aumente en Estados Unidos y que los envíos de dólares al país empiecen a una cierta disminución, recordando que las remesas representan el 5% del PIB del país.
No obstante que el comportamiento del sector turismo registró un aumento del 45% en 2022 contra el ejercicio del 2021, y que las exportaciones automotrices y remesas tuvieran un buen comportamiento, no fue suficiente para igualar o superar el crecimiento obtenido en 2021, superior al 4.8%.
Ahora veremos el impacto esperado en la industria aeroespacial, así como el esperado incremento en nuevas inversiones extranjeras directas derivada del nuevo fenómeno del «nearshoring», seguirán afectando los factores negativos de las exportaciones no petroleras, principalmente las manufactureras y de automóviles a EEUU si se impacta una nueva recesión…
Por Dr. Jorge A. Lera Mejía