Ayer quedó instalado el Comité Técnico que evaluará a los aspirantes a ocupar las cuatro consejerías del Instituto Nacional Electoral que dejarán vacantes Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, Adriana Favela y Roberto Ruiz.
En esta etapa fundamental para lo que resta del proceso, Morena volvió a dar un paso adelante de la oposición, que por alguna razón ni siquiera intentó competir: con su voto en abstención validaron las propuestas realizadas desde la 4T.
El ahora famoso Comité Técnico es el encargado de analizar y finalmente presentar a la Cámara de Diputados cuatro quintetas con los perfiles mejor calificados para que de ahí sean elegidos los cuatro nuevos integrantes del Consejo General del INE.
Como nunca, en esta ocasión cobró relevancia la conformación de este comité porque está cantado que no habrá acuerdos en la Junta de Coordinación Política del Congreso y la selección de los consejeros se llevará hasta el límite que la ley contempla: el método de insaculación.
Es decir, finalmente se sortearán a los elegidos entre las quintetas palomeadas por los integrantes del Comité Técnico.
La buena noticia para la causa morenista, mala para la oposición que insiste en que el INE está en peligro, es que de los siete participantes de este organismo evaluado, cuatro son perfiles claramente identificados con Morena.
Las tres propuestas realizadas por la Junta de Coordinación -y validadas gracias a la abstención del PRI, PAN y PRD- son Enrique Galván Ochoa, Evangelina Hernández Duarte y Andrés Norberto García Repper, bien conocido en Tamaulipas por la defensa legal del triunfo de Américo Villarreal.
Otros dos integrantes del Comité son propuestas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos: Ernesto Isunza Vera y Araceli Mondragón González.
Y dos más por el Instituto Nacional de Acceso a la Información: María Esther Azuela y Sergio López Ayllón, a quienes la oposición reconoce como los únicos ajenos a la órbita de la 4T.
Con el Plan B de la reforma electoral virtualmente aprobado, la confección del Comité representa un nuevo, evidente, triunfo político para Morena.
Es un asunto estadístico: tener el control de este órgano auxiliar le permitirá meter más perfiles afines a su proyecto, para que al final, una tómbola azarosa le garantice llevar mano en los asientos del Consejo General.
Es cuestión de semanas, el 10 de marzo el Comité presentará el listado de los aspirantes que cumplen los requisitos, después de haber aplicado un examen.
Entre el 17 y el 22 de marzo realizará entrevistas a los finalistas para que el 26 de marzo a más tardar entreguen la lista de las cuatro quintetas a la Junta de Coordinación Política, que a partir de ese momento tendrá tres días para lograr un acuerdo que pueda construir una mayoría calificada.
Todo hace indicar que eso no va a ocurrir. Por lo tanto, un par de días después se recurrirá al método de insaculación.
Es decir, será la suerte la que le ponga nombre y apellido a los nuevos consejeros del INE de cara a la elección más importante de la historia moderna mexicana.
Por Miguel Domínguez Flores