El diagnóstico que presentó ayer Américo Villarreal sobre el estado que guarda la administración estatal, fue una muestra de que hay un nuevo rumbo en el manejo de la estructura de gobierno.
El primer informe de Américo se dio en el contexto de la modificación legal que desde el año pasado estableció el mes de marzo, para que el gobernador en turno cumpla esa responsabilidad.
Temprano, Villarreal acudió al Congreso, en donde entregó el documento que contiene el recuento de lo realizado por la administración en los primeros cinco meses de este sexenio.
Luego, en el Polyforum de Ciudad Victoria, el mandatario dirigió un mensaje a la sociedad civil ante una considerable cantidad de asistentes, entre empresarios, representantes de organizaciones de la sociedad civil, políticos y servidores públicos.
Un audiovisual detallado sobre las inversiones públicas en materia de seguridad, fomento al empleo, desarrollo económico, programas sociales, el trabajo asistencial del DIF, los proyectos de construcción y mejoramiento de infraestructura, además de los convenios firmados con la Federación para alinear las políticas públicas en salud, bienestar, seguridad y obras, fue lo primero que se presentó.
Luego, ya en su mensaje a los ciudadanos, Américo destacó en especial varios rubros como el de la colaboración con el gobierno federal, algo indispensable para quien desee recibir el apoyo institucional para sacar adelante sus planes de transformación.
Con precisión en cifras y detalles, el gobernador recordó que desde que se inició su administración se hizo un primer cambio de forma y de fondo: La relación institucional de Tamaulipas con el gobierno federal se modificó para poder estrechar la colaboración.
Ya no más bloqueo ni obstaculización de programas que debían haber bajado recursos e implementado acciones sociales, pues la relación debía cambiar y así se hizo.
En la lista de avances, Américo mencionó la puesta en marcha del Plan de Apoyo en las 6 regiones geográficas en las que se dividió al estado de acuerdo con las necesidades y la vocación económica de cada una, además de los resultados en materia de seguridad, con la disminución de índices de delitos del fuero común y los de alto impacto, de acuerdo con los indicadores del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Más allá de los números, considerables para ser de cinco meses de gestión, el mensaje político fue contundente y reiterativo en el compromiso de combatir la corrupción y la impunidad, pues hizo un recuento de las situaciones irregulares detectadas a partir del proceso de entrega-recepción, habló de las denuncias ante la Fiscalía en contra de servidores públicos de la pasada administración, de los cambios en el funcionamiento de algunas áreas que no estaban operando como la Contraloría Estatal y sus respectivos órganos homólogos en cada dependencia estatal.
El énfasis se hizo en la situación financiera encontrada, en la actitud que caracterizó a los funcionarios del sexenio cabecista y en las condiciones lamentables de uso faccioso de las instituciones de seguridad con fines personales y políticos.
Américo habló de ese y otros temas pero fue insistente en algo: El rumbo que tiene Tamaulipas ahora es otro, perfilado como un estado con un gobierno humanista y alineado con las políticas del Presidente López Obrador.
“Se acabó la discordia y ahora trabajamos extraordinariamente bien con el Presidente y los integrantes de su gabinete. Estado y Federación coincidimos en prioridades. Complementamos esfuerzos. Y servimos con los mismos principios de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”, fue una cita textual que reforzó el sentido del rumbo del estado.
Ese cambio, dijo el mandatario, se nota en el apoyo otorgado por el Presidente que este año representará una inversión de 30 mil millones de pesos para proyectos de salud, infraestructura hidráulica, desarrollo económico, turismo y empleo.
Como representante del Presidente acudió César Yáñez Centeno, subsecretario de Gobernación y además, uno de los hombres más cercanos a Andrés Manuel. Ninguna de las llamadas “corcholatas” de Morena.
Casi todos los Alcaldes, diputados federales y los dos senadores de Morena. El recorrido desde la entrada al recinto y hasta adelante, largos minutos los dedicó a saludar y tomarse fotos con la gente que asistió.
De lo destacado, los abrazos y saludos. El de Américo y Chucho, el Alcalde de Tampico, muy efusivo.
De las presencias importantes, la de su esposa María de Villarreal, presidenta del DIF y los gobernadores Mara Lezama de Quintana Roo y Salomón Jara, de Oaxaca.
POR TOMÁS BRIONES
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