CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Con una condición de pobreza extrema, sin trabajo, ni la certeza que reciban algún alimento, la familia Ruiz Zúñiga piden ayuda a la población, luego que sufren enfermedades y no pueden solos.
De los cuatro integrantes, tres están incapacitados para trabajar ya que el señor Noé Ruiz padece esquizofrenia, Judith tiene un grave caso de anemia y la abuela tiene enfermedades crónicas y una edad muy avanzada.
Judith de Jesús Ruiz Zúñiga tiene 18 años, pero su cuerpo pareciera el de una niña de 14 años, debido a la anemia que le detectaron desde su nacimiento la que no le ha permitido desarrollarse correctamente.
La joven no estudia, ni trabaja; no tiene fuerzas para realizar alguna actividad de media o alta demanda.
Ella padece un tipo de anemia que afecta a las personas que tienen afecciones que causan inflamación, como; infecciones, enfermedades autoinmunitarias, cáncer y enfermedad renal crónica (ERC).
Judith platica que no tiene ropa, ni zapatos, luego que desde hace años que no se trata como debería la anemia, por lo cual el doctor le ha pedido realizarse un estudio de perfil tiroideo pero no tiene recurso para hacerlo.
“Necesito zapatos, ropa, a ver si podrían ayudarme con mi estudio de perfil hioideo, y también ayuda para mí padre qué padece de esquizofrenia aguda.
Por eso no encuentra trabajo y se desespera y le gana el sentimiento.
Con lo que puedan ayudarme lo que le dicte su corazón”.
Noé Ruiz es el padre de familia, y pese a que tiene 46 años, hace tres años fue diagnosticado con esquizofrenia un trastorno mental grave por el cual las personas interpretan la realidad de forma anormal.
La abuelita de Judith padece diabetes y es hipertensa por lo que no puede ayudar en el sustento de la familia, ya que era la única que salía a trabajar cada mañana y así traer el pan a su casa.
¿Dónde llamar
para ayudar?
Para más información puede comunicarse al número 8342670896 y al 8341261244 o asistir al domicilio localizado en la calle Artículo 123 número 209 de la colonia Amalia G del Castillo Ledón.
Por Raúl López García
EXPRESO-LA RAZON