El país está inmerso en una lucha sin cuartel por el control del gobierno federal a partir del 2024.
Aunque suene a lugar común, la del próximo año quizás sea la elección más trascendental de la historia moderna mexicana. En pocas palabras: está en juego la profundización de un proyecto político -autodenominado como la Cuarta Transformación- tendiente más bien a privilegiar las causas sociales, o una vuelta de timón hacia una ruta similar a la que seguía el país hasta antes del 2018 cuando López Obrador llegó a la Presidencia de la República.
En medio de esa disputa, claro está, hay muchos matices.
Por ejemplo, la designación de los candidatos que contenderán por las dos alianzas.
En Morena trasluce una competencia entre el ala más dura, encabezada por Claudia Sheinbaum, y el sector más moderado por Marcelo Ebrard.
La inclusión de Adán Augusto en la lista de “corcholatas” parece más bien el truco de magia de un estratega político de alto calibre como el presidente López Obrador.
En la oposición, aunque son muchas más las opciones, son pocas las que parecen tener fuerza política como para competir en este proceso electoral.
Es decir, hay mucha cantidad pero falta la calidad.
Eso sí, quien al final sea designado por el PAN para aparecer en la boleta contra Morena, recurrirá a un discurso radical para intentar convencer a millones de mexicanos de que la situación del país era mejor antes de la llegada de la 4T.
La apuesta, con todo y el desgaste del régimen actual, parece muy adversa: la mayoría de los mexicanos aún respaldan al proyecto del presidente.
En ese contexto de alta tensión, Tamaulipas entra a una nueva etapa decisiva para su futuro político.
Con un padrón de 2.7 millones de posibles votantes, la entidad no está entre las joyas electorales de la República, pero sus condiciones geográficas, sociales y económicas sí la han convertido en un territorio de gran interés para el resto del país.
Lo vimos en la elección por la gubernatura. Poderosos grupos financieros y políticos han puesto la lupa sobre Tamaulipas por varias razones que van desde el control económico de la frontera -por la vía legal e ilegal- hasta el potencial de la industria energética.
Ese grupo en el que se mezclan empresarios y políticos operó con la cartera abierta para intentar retener la gubernatura en manos de Acción Nacional. Para ello se desplegó un operativo territorial inédito de compra del voto y se utilizaron con descaro a las instituciones del estado como la Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía General de Justicia.
Aunque Morena ahora tiene el poder en sus manos, el sector empresarial del panismo que se identifica a nivel nacional con personajes como Cabeza de Vaca, Roberto Gil y Javier Lozano, repetirá el mismo esquema de guerra sucia en Tamaulipas.
Tienen recursos para ello y el respaldo de personajes dispuestos a inmolarse una vez más para intentar recuperar los privilegios que perdieron.
En la 4T ya los conocen, saben quiénes son y de lo que son capaces, por lo tanto es de esperarse que la contraofensiva sea sólida.
Como sea, a los tamaulipecos les espera otra guerra de lodo.
Hoy presentarán Plan de Desarrollo
Este mediodía será presentado el Plan Estatal de Desarrollo 2023-2028 en el Teatro Amalia G. de Castillo Ledón.
Es de suponer que el documento que guiará las políticas públicas de la administración de Américo Villarreal Anaya está sustentado en la visión humanista que enarbolan los gobiernos de la Cuarta Transformación.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES




