Este martes el doctor Jorge Carlos Alcocer Varela dio a conocer el estado físico del presidente de México después de los respectivos análisis y estudios. En concreto el titular de la secretaría de Salud informó que AMLO en unos días será dado de alta y lo que ahora requiere es fundamentalmente descanso. El único medicamento recetado es Paracetamol lo cual indica que las molestias del Covid son leves.
Hay que creer al profesionista siendo como es, uno de los científicos de mayor prestigio en Latinoamérica y no a los catastrofistas “mala leche” que suponen al paciente en fase final. Sea grave de toda gravedad y a punto de abandonar este mundo cruel. (La interpretación de López Dóriga es tendenciosa y perversa). Son los conservadores que en más de una ocasión desearon (y desean) la muerte de AMLO. Recordéis que “periodistas” al servicio de los grupos neoliberales como Ricardo Alemán, insinuaron la eliminación del jefe del ejecutivo. A este grado de enfermedad llegan los adversarios de la 4T.
De manera que AMLO padece agotamiento más que otra cosa. Fue motivo para que el anterior fin de semana suspendiera diversos eventos para ser atendido en prevención de males mayores que afortunadamente no se produjeron. Sin embargo, a lo que sí dan vuelo los medios de comunicación y “anolistos” carroñeros es a la versión de supuesto ataque al corazón en el objetivo de crear confusión e inquietud destacando que, debido al hecho, México enfrenta crisis de gobernabilidad.
Como vemos, los reaccionarios aprovechan cualquier pretexto para dañar la imagen presidencial sin importar las consecuencias que, en este caso, beneficiaría a su interés de desestabilizar a la nación y asaltar el poder como lo hicieron durante 36 años utilizando a los órganos electorales en la sucia tarea de violentar el voto popular.
Por supuesto que la salud de cualquier presidente de México preocupa a todos, o así debiera ser porque se trata de la institución y no del personaje. Respecto de AMLO el interés es mayor porque cuenta con la simpatía y el respaldo real de quienes comparten y participan de planes y proyectos a favor de la democracia y la justicia social. Y no es cuento cuando los numeritos hablan y precisan que siete de cada diez están a favor de la transformación pacífica de un país saqueado y destruido por los regímenes priistas y panistas.
Para desgracia de los traidores, lo más probable es que AMLO entregue buenas cuentas al final de su gobierno siendo sustituido, como deseamos, por alguien con la misma decisión, convicción e ideología que permita avanzar a la siguiente etapa. En este sentido tiene razón Gerardo Fernández Noroña al afirmar que quien suceda al actual presidente debe ser radical. Sobra afirmar que Claudia Sheinbaum cubre el perfil y hasta carácter le sobrará para perseguir y encarcelar a los corruptos. Desde luego que el combativo petista habla por él, quien, dicho sea, se encuentra ya en la tercera posición entre los aspirantes al ejecutivo federal.
A propo, sin desperdicio la entrevista que recién hiciera MILENIO a Gerardo, mismo que dejó en ridículo a quienes trataron de acorralarlo, sin duda por consigna. Las trampas fueron clarísimas, pero ya conocemos el verbo apabullante del diputado federal que dejó anonadados, estupefactos y poli contundidos a los ingenuos que pretendieron enjuiciarlo.
Quedamos entonces, en que la salud de AMLO no está en riesgo y que el incidente del fin de semana anterior se reduce a obligado reposo.
SE LLAMA FRAUDE…
El secretario de Obras Públicas en la entidad denuncia otra probable irregularidad descubierta en el área bajo su mando. Se trata de los “moches” que al parecer se volvieron costumbre en el pasado. Es un tema que por sabido se callaba y que ahora aflora en increíble magnitud que sorprende. Y si Pedro Cepeda Anaya lo afirma es que cuenta con las respectivas evidencias que, llegado el momento, seguramente las hará valer ante quien corresponda. Eso esperamos.
El asunto es que, de probarse, estaríamos ante un delito, pero ojo, que la responsabilidad no ha de limitarse a ex funcionarios considerando la participación de empresas que se prestaron a lo que sin duda constituye un fraude. Escuelas, clínicas y otros inmuebles públicos construidos con materiales de pésima calidad o calles que aparecen bombardeadas después de cualquier lluvia a pesar de millonarias inversiones aportadas por los sufridos contribuyentes. Son ejemplos, pero existen muchos otros que solo aplicaron a la voracidad de negociantes del influyentismo. Y ni modo que sea invento.
Es un fraude digo, que no debe quedar impune. No basta denunciar, es necesario actuar en este como en los diversos casos de los cuales la memoria popular está enterada tras conocer el lamentable estado de la administración pública heredada por el régimen panista.
SUCEDE QUE
No se engañe, Arnulfo Rodríguez y Lucía Aimé Castillo solo hacen “rounds de sombra”. Lo mero bueno del pleito SNTE-SET pronto llegará.
Y hasta la próxima
POR MAX ÁVILA