El Plan Estatal de Desarrollo 2023-2028 está alineado con las políticas sociales de la Cuarta Transformación.
No podía ser de otra forma y el gobernador Américo Villarreal Anaya ayer lo dejó muy claro, el documento que guiará su gobierno, responde a la filosofía humanista de privilegiar el bienestar, y el desarrollo de las clases desprotegidas: primero los pobres.
En 508 páginas, el PED delinea la ruta que tomará la primera administración estatal de Morena en la historia de Tamaulipas.
El alineamiento de este documento con el Plan Nacional de Desarrollo no es un tema menor, sobre todo si se considera que es algo que no ha ocurrido en muchos años.
Hoy, el gobierno estatal y el federal apuntan al mismo camino, con conceptos como el “gobierno al servicio del pueblo”, el “progreso económico inclusivo y sostenible” y la “política social para el bienestar”.
La apuesta de Américo y su gobierno representa un evidente viraje respecto a la tendencia que había marcado a los últimos gobiernos de corte neoliberal.
Algunas frases empleadas por el gobernador para presentar el PED retratan la nueva visión a la que recurre su administración.
“(El documento) responde a la necesidad de corregir el grave error de confrontar políticamente al gobierno estatal con el gobierno federal. Sobre todo, cuando esto sucedía por razones insostenibles. Que tienen que ver con posturas sectarias o de filiación partidista”.
“Este gobierno de la Transformación, junto a la sociedad, gestionará el futuro desarrollo de Tamaulipas para el periodo 2023 / 2028, colocando en el centro de toda su actuación, a la persona. A los seres humanos. El objetivo principal es entonces: El Bienestar”.
Igual de importantes que los tres ejes generales propuestos en el Plan de Desarrollo, aparecen cuatro ejes transversales que están presentes de principio a fin en el espíritu del texto: desarrollo sostenible, participación ciudadana, respeto irrestricto de los derechos humanos, y combate a la corrupción.
Los dos últimos parecen particularmente relevantes en función de lo que vivió Tamaulipas durante los últimos seis años.
Así lo explicó ayer el gobernador:
“Nunca más en Tamaulipas una sociedad silenciada desde el poder arbitrario, que usó de manera ilegítima la fuerza del estado para amedrentar a ciudadanos y opositores”.
En resumen, el Plan Estatal de Desarrollo 2023-2028 confirma que la insistencia de Américo Villarreal para llamar a practicar el humanismo -lo hacía desde la campaña- no se quedó en el discurso, sino que es su forma de gobernar.
También reitera la buena relación con el gobierno federal, y la confianza en que después del 2024 -cualquiera que sea la “corcholata” elegida- México seguirá por el mismo camino, con políticas sociales orientadas a conseguir el bienestar de la mayoría de la población.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES