CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Son las 14 horas, las palas y los picos caen lentamente al suelo, al mismo tiempo la retroexcavadora detiene su brazo y el cemento deja de salir de la máquina, es tiempo de hacer una pausa, y no porque el sol o la temperatura de más de 35 grados, como cada día de mayo, sino porque hay que rendir tributo a la Santa Cruz.
Este 3 de mayo como cada año los diversos trabajadores de la construcción celebraron su día, algunos con cheve, otros de forma humilde con tacos de huevo, sin embargo hay quienes se organizaron y asaron un buen pedazo de carne y pollo.
“Creo en ella, porque nos protege, hace que no nos falte trabajo, además nos cuida de que no pasen accidentes en la construcción” afirma don Camilo, mientras señala la Cruz que de madera y adornada por rosas colocaron frente sobre una barda recién construida.
Al igual que él, trabajadores de la construcción al sur de la ciudad colocaron una Cruz sobre unos andamios en el más alto de la obra, está adornada con listones de colores azul, amarillo, rojo y verde con el propósito de hacer un homenaje.
“Yo la llevo siempre conmigo, no le pido nada más que salud y trabajo pues ya tengo más de 35 años dedicándome a esto de los cuales la mitad de las obras han estado aquí en Victoria” relata Guadalupe quien muestra a la cámara la cruz que carga cada día en su cuello con una cadena.
Como ellos más de 30 trabajadores hacen pausa en la construcción de una nueva plaza comercial al oriente de la ciudad, un segundo piso de una vivienda al norte y una rehabilitación al sur de Victoria.
Algunos tuvieron suerte y el Inge o el arquitecto se “mocho” para la carne y unas cuantas cheves, otros no tanto y tuvieron que cooperarse, sin embargo para ninguno de ellos paso desapercibido el día de la Santa Cruz.
En la Mainero celebraron como cada año
En la Colonia Mainero, sobre la calle Río Verdito, los creyentes de organizaron para se celebrar la fiesta de la Santa Cruz c como cada 3 de mayo. Las con danzas, misa y cohetes no faltaron. Este festejo tiene un origen prehispánico que se fusionó con el europeo, creando una celebración llena de tradición y colorido.
Para llegar al lugar, puedes tomar la Av. del Estudiante y virar hacia el lado norte. Allí encontrarás una pequeña cruz que representa la fe y la devoción de los habitantes del barrio.
Esta celebración también coincide con el Día del Albañil, en el que se levanta una cruz en las construcciones en curso y se ofrece una misa y una gran comida como muestra de agradecimiento a Dios por el trabajo.
Esta festividad es un recordatorio de la importancia de la fe y la tradición en nuestra cultura. Además, nos invita a ser habitantes responsables, a mantener nuestras tradiciones y a preservar nuestras costumbres para las futuras generaciones.
Por Raúl López García
