Durante “la mañanera” de este jueves AMLO dio a conocer una serie de privilegios que disfrutan quienes forman parte del poder judicial. Son excesos que por lo general permanecían ocultos precisamente por lo inadmisible en un país como el nuestro, donde la mayoría padece marginación y pobreza. Sorprendidos quedamos, como si acabásemos de conocer la rutina de una monarquía que sin límite despilfarra recursos públicos.
La lista es interminable y en su conjunto explican una de las razones por las que México padece atraso y subdesarrollo en tanto la burocracia de cuello blanco se apropia “legalmente” de los dineros de los contribuyentes sin rubor ni escrúpulos. La SCJN ejerce un presupuesto de 73 mil 723 millones de pesos, frente a los 500 millones que gasta la presidencia de la república. Recordemos que magistrados y ministros reciben en promedio 600 mil pesos mensuales cada uno, nada que ver con los 120 mil que por ley cobra AMLO.
Dicho organismo, la SCJN, debiera velar por el cumplimiento de la Constitución y sin embargo es donde mezquinamente se violenta debido a la ambición y voracidad de sus integrantes que permanecen amparados para seguir llevando la existencia de lujos y extravagancias acostumbrada.
Por ello urge reformar el poder judicial a efecto de adecuarlo a las circunstancias sociales, económicas y políticas de la república. El primero y gran paso es que jueces, magistrados y ministros sean electos por la ciudadanía garantizando así que tales funcionarios defienden los intereses de la comunidad y no se conviertan en servidores de élites, como sucede en la actualidad. En este sentido la SCJN parece más inclinada a proteger a minorías influyentes que se pitorrean de la institución modelándola a su antojo.
Conocido que es el exagerado gasto que implica mantener un aparato contrario al espíritu de la ley, hay necesidad de disminuir su presupuesto. Ello dependerá de la propuesta que envíe el ejecutivo a la cámara de diputados. Y es de creer que sucederá porque en la 4T existe indignación por el proceder de la SCJN al grado de que AMLO la califica de “facciosa, podrida y sin remedio”.
El asunto es que el poder judicial obstaculiza la transformación que urge a la nación porque está infestado (e infectado) de conservadores(as) y reaccionarios(as) íntimamente ligados(as) al neo porfirismo. Hay enojo digo, por ello no extraña que desde hace tiempo un grupo de personas mantenga bloqueada la entrada principal del inmueble que ocupa la SCJN en demanda de la renuncia de la titular Norma Lucía Piña caracterizada por su terquedad en rechazar todo lo que provenga de la 4T, al igual que el grupo de ministros(as) que le acompañan en tan condenable tarea. En este caso no imaginamos que sucederá con el acto masivo convocado para este sábado en dicho lugar. Será simbólico por ser día inhábil, pero de que el repudio general calará hondo a los conservadores, eso-que-ni-que.
Y como en la SCJN impera la venganza, la respuesta no puede ser más directa al exigir que la Fiscalía General investigue a Hugo López Gatell, el subsecretario de Salud consentido de AMLO, por presuntas omisiones durante el combate a la pandemia, además de negligencia y ocultar información que pudieron causar la muerte de miles de personas. ¡Haga usted el recabrón favor!. Al respecto utilizan una denuncia de Javier Coello Trejo quien habla por los familiares de un fallecido. Este abogado que recobra fama desde el lado opuesto a AMLO.
ES POR HUMANISMO
La crisis migratoria que vive la frontera no puede ser ajena al resto del estado. No podemos permanecer impasibles porque es un asunto humanitario que a todos nos compete. Es un sentimiento de hermandad que obliga a manifestarnos por cualquier medio al margen de la operatividad o no del mentado “título 42” que mantiene a miles sin cabida y sin que la experiencia haya marcado las conciencias de los gobernantes que siguen utilizando los instrumentos de represión que en otras épocas avergonzaron al mundo. Es copia del fascismo hitleriano aplicado a personas inermes, humildes y en condición de indigencia. Son familias cuyo patrimonio material no alcanza para cubrir sus cuerpos, aunque sí sus sueños que tienen el alcance de su imaginación.
A estos seres que llegan de cualquier parte no hay que cerrar las puertas. Un hermano a otro hermano siempre le podrá brindar techo y alimento. Es cristiano y nadie tiene culpa del sufrimiento para existir. Ver a los niños arrastrados por sus padres duele por su inocencia de perdida sonrisa, al igual que son admiradas las mujeres dispuestas a enfrentar lo que sea por la defensa de sus familias.
No importa de dónde procedan porque somos la misma especie. Quizá ellos(ellas) un poco más atrevidos (as) pero en esto estriba su heroicidad de infatigables caminantes. Hay que ayudarlos en la medida de nuestras posibilidades y gritar y exigir por el significado de su peregrinar. Hacer a un lado la política que divide y apostar por la igualdad que nos regaló la naturaleza, es decir, Dios.
Y hasta la próxima
POR MAX ÁVILA