CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS), reconoció que pueden existir ‘anexos’ que operan de manera irregular y no los verifica, porque no los tienen en su base de datos, ”y no existe la cultura de la denuncia”.
Alberto Moctezuma Castillo, titular de la COEPRIS en Tamaulipas, advirtió que en el caso del centro de atención a adicciones de Coahuila del Zar AC, que operaba en la colonia Lopez Portillo de Ciudad Victoria, fue cerrado por la Fiscalía General de Justicia, luego del hecho en donde un joven que recibía atención fuera encontrado muerto.
Recordó que la comisión tiene un registro estatal de 36 centros de atención a adicciones o centros de integración juvenil, tanto privados como públicos y son los que verifican cada año, el centro del ‘incidente’ no tenia un registro.
El centro citado, no era verificado por la COEPRIS, porque no contaba con permisos, es decir operaba ilícitamente y la comisión no tenía ninguna denuncia sobre este sitio para poder hacer una inspección.
“Ese que usted menciona no estaba registrado, está cerrado lo cerró la fiscalía, estamos en una revisión de todos los procesos”, insistió, pero de los centros que operan en la legalidad.
“Yo puedo tener un centro de reintegración sin avisarle a nadie”, insistió tras señalar que mientras no exista una denuncia o sean detectados por la autoridad no pueden actuar, “no existe la cultura de la denuncia y si son detectados inmediatamente actuamos”.
Pero además acepto que no cuentan con suficiente personal para cubrir todo el estado con las verificaciones d en sus diversos programas, o para andar identificado béticos irregulares.
Dentro de las medidas que supervisa la COEPRIS en los anexos, se encuentran los títulos y cédulas profesionales de los especialistas como sicólogos, medios y demás personal, además de la licencia que otorga la comisión, que debe refrendarse anualmente.
Finalizó diciendo que el centro en donde ocurrió el ‘incidente’ de la muerte por golpes a un joven, fue detectado que operaba de manera ilícita precisamente por la denuncia del hecho.
POR NORA ALICIA HERNÁNDEZ HERRERA