Tal vez ellos no lo sepan, acaso solamente lo sospechan, pero los migrantes pobres de África y América latina en el fondo siguen la ruta del dinero, de sur a norte.
Esas relaciones desiguales de intercambio comercial donde las potencias imperiales de Estados Unidos y Europa extraen o compran muy baratas las materias primas y las devuelven procesadas con una utilidad considerable.
Riqueza al norte, pobreza al sur. No es casual el boom de migrantes árabes y del África subsahariana en países como España, Francia, Italia, Alemania y Holanda. Indostanos en Gran Bretaña; hondureños y venezolanos cruzando en masa el río Bravo, en busca del sueño americano.
Si son conscientes (o no) de que la miseria del sur está vinculada a la abundancia del norte, es asunto que no modifica la disposición simple y llana de buscar paisajes mejores donde florecer con sus familias.
Siguen, en efecto, la ruta del dinero, aunque ello no exenta de responsabilidad a sus gobiernos nativos, por lo general, rapaces, autoritarios, antidemocráticos, venales.
Caso curioso, los mandatarios de El Salvador o Nicaragua que elevan con prisa toda suerte de quejas cuando sus connacionales sufren abusos de la migra norteamericana (o todavía peor, la mexicana).
Pero no parecen dispuestos a remediar los problemas de fondo que ocasionan dichas migraciones: pobreza, criminalidad, ineptitud gubernamental, represión política.
Y algo más, también las fortunas que acumulan los líderes políticos latinoamericanos circulan de sur a norte, allá guardan y de aquel lado invierten el botín de sus saqueos. En bancos y en propiedades, ranchos y casas en Texas, condominios en Florida.
DRAMA EN MOVIMIENTO
Nuestra frontera norte ha sido y sigue siendo noticia por el incremento exponencial de las migraciones que necesariamente utilizan el corredor mexicano para internarse en Estados Unidos. Es la ruta natural, lógica, cercana.
Con la novedad de que el origen nacional de los aspirantes a indocumentados se ha diversificado con una amplitud que asombra. Llamativo y vasto el abanico.
Abundancia de caribeños (Cuba, Haití, Jamaica) y también centroamericanos de la región más pobre, el llamado “triángulo norte” (Guatemala, El Salvador, Honduras).
Se suman los venezolanos ante el estado de crisis permanente en que se encuentra un proyecto bolivariano que, pese a su inmensa riqueza petrolera, soporta tasas inflacionarias brutales que entre 2017 y 2021 rebasaron los cuatro dígitos (arriba del mil por ciento) y desde el 2022 andarían alrededor del 500%.
Aunque la frontera mexicana con Estados Unidos es algo más que llanto latinoamericano. En la zona de Tijuana hay ucranianos que llegan huyendo de la invasión rusa.
En los cruces tamaulipecos prosperan redes de prostitución que trafican con mujeres de la antigua Europa socialista, yugoeslavas, húngaras, checas.
Habrá que añadir como ingrediente la expectativa que generó el ascenso de LÓPEZ OBRADOR entre los vecinos del sur, cuando prometió becas, visas de trabajo y empleos temporales. El resultado fue inmediato.
Es gente desesperada. Más pobres que nuestros pobres mexicanos. Si antes las caravanas eran de decenas, muy pronto se convirtieron en centenares y luego en peregrinaciones por millares, como las que hoy vemos desafiando al río limítrofe y turbulento, bravo en efecto, pero también a la migra y sus murallas.
No inventó ANDRÉS MANUEL las migraciones, pero las potenció al mostrar la chuleta a los indigentes apostados al sur del Suchiate, sin medir consecuencias.
CANTERA DE NEGOCIOS
Preguntas y más, donde la precisión y el detalle importan bastante: ¿por dónde pasan, como llegan, dónde acampan esos miles que de pronto vemos en la televisión intentando cruzar en estampida hacia Brownsville y McAllen?
Eso y también en qué manos queda el dinero que van dejando a su paso, negocio de quienes, en ambos lados de la legalidad, el mundo de arriba y el de abajo.
Entre cobro de paso y cuota de peaje, en pagos a cárteles formales e informales, incluyendo a portadores de charola que los acredita como miembros de corporaciones estatales y federales, civiles y castrenses.
El caso es que llegan y los drones de las televisoras texanas captan la marabunta, escandalizan con ella, la magnifican. La difunden a menudo con un toque sensacionalista, xenófobo. En particular. cuando quieren detonar el espanto del gobierno texano y su previsible respuesta, el puño duro.
Sin olvidar que imágenes así escandalizaron a DONALD TRUMP en 2019 y lo llevaron a poner en un predicamento la vigencia del tratado comercial con México.
Ello, amén de amagar con cuotas arancelarias que en boca del mismo TRUMP se explicaban como efecto directo de aquella pataleta temprana, cuando vio en su primer noticiero del día, al tropel de hondureños brincando la alambrada.
Hubo de acudir el tío MARCELO a Washington para dar explicaciones, disculparse, establecer compromisos y regresar con la encomienda de habilitar como policía antimigratoria a la entonces recién estrenada Guardia Nacional.
El problema es de una complejidad extrema. Se cruzan las redes de polleros con las del narcotráfico, el contrabando de norte a sur y el tráfico de armas, también de allá para acá.
Amén de la crisis de las economías en desarrollo que nos manda migrantes cada vez de más lejos. Pluralidad de etnias, lenguajes, nacionalidades.
La frontera tamaulipeca avanzando a pasos agigantados para convertirse en una moderna Babel, ante la cuál importa preguntar (en todas las lenguas posibles) si las autoridades de los tres niveles están preparadas, en diagnóstico y en capacidad de respuesta.
POR CARLOS LÓPEZ ARRIAGA
BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com
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