En Tamaulipas, la demanda de apoyo para alejarse del consumo de drogas ha demostrado que el uso del crack, considerada como una de las sustancias psicoactivas más dañinas para el humano, va en aumento.
Según Eliana Guevara Peña, jefa del departamento de salud mental y adicciones de la Secretaría de Salud, en entrevista con EXPRESO, en los centros UNEME Capa, la droga es la segunda demanda de atención.
Jóvenes de entre 14 a 24 años acuden para pedir consulta y apoyo para dejar el uso de la también llamada “piedra” o “cristal”.
“El crack es la tercera demanda de consultas de drogas en general y la segunda en drogas no permitidas, porque en general incluye al alcohol que es una sustancia permitida”, señala Guevara Peña.
En 2022, se atendieron 429 casos de pacientes usuarios de metanfetaminas o crack. Este año, esa cifra ya supera los 240 casos.
“Creo que es importante que haya más consultas, quiere decir que un usuario hizo conciencia y sabe que necesita ayuda y acude a que lo hagamos”, añade la funcionaria.
La atención para esta adicción contempla un programa específico. Sin embargo, en muchos casos, cuando el paciente empieza a ver mejoría, se aleja y eso complica el proceso de recuperación.
“Cuando eso sucede, tratamos de hacer un rescate domiciliario o telefónico”, explica Guevara Peña. En Tamaulipas, la estadística de usuarios en unidades puede considerarse baja, porque no incluye a todos los tamaulipecos, “solo a los que pueden apoyo”.
La primera demanda de atención es contra la marihuana, ya que en 2022 atendieron a mil 60 usuarios por marihuana, a 257 por cocaína, por tabaco 137 y por alcohol a 699.
Además, consultas por inhalantes y solventes el año pasado ofrecieron 11 atenciones, 41 consultas para ansiolíticos y por opiáceos no hubo demanda de consulta en 2022.
Las consecuencias del consumo de crack son graves. Sus efectos son de mayor impacto que el uso de la cocaína, porque el crack es mezclado con otros componentes dañinos y puede tener graves efectos adversos potencialmente mortales, especialmente cardiovasculares, psicológicos, hepáticos y pulmonares.
Algunos de los efectos inmediatos son la disminución del apetito, la euforia, el humor inestable, las ideas delirantes o paranoides y el aumento de la actividad física y mental.
Cuando el consumo del crack es prolongado y hay una situación crónica, llegan los problemas cerebrovasculares, cardiovasculares, lesiones físicas, infecciones en la piel y los riesgos colaterales de contraer otras enfermedades como hepatitis o VIH/ Sida por el uso de materiales contaminados en el momento de drogarse. Especialistas en psicología dentro de los centros de atención estatales advierten que el crack es una droga muy adictiva y de fácil acceso, porque generalmente “está compuesta de los residuos de la fabricación de otras drogas”.
Es más barata, se le conoce como la droga de los pobres porque, de acuerdo con reportes de precios, con 50 a 200 pesos se tiene acceso a ella y provoca el denominado “subidón” en quien la consume.
En Tamaulipas, se trabaja con una campaña federal para frenar el consumo de 7 drogas. El universo a concientizar es de 308 mil 350 estudiantes, de mil 314 planteles educativos del nivel secundaria y bachillerato.
La campaña va en primera instancia contra el consumo de fentanilo, opioide sintético que puede ser hasta 50 veces más potente y mortal que la heroína y 100 veces más potente que la morfina.
A lo largo de esta campaña también se habla del consumo de las metanfetaminas (que incluye el crack), vapeadores, cannabis o marihuana, tabaco, alcohol y la benzodiazepina.
POR NORA ALICIA HERNÁNDEZ HERRERA