En 15 días iniciará el segundo semestre del año y también se cumplirán 10 meses de la llegada de Morena al poder en Tamaulipas, pero espacios clave para la operación del gobierno aún se encuentran en manos del cabecismo.
El gobierno de Américo Villarreal tuvo un complicado inicio debido a la accidentada entrega-recepción que, en los hechos, se dio literalmente un día antes debido a la terquedad de Cabeza de Vaca en mantener al PAN en el poder e impedir de cualquier forma la llegada de la 4T a Palacio de Gobieeno.
Pero lo sucedido es historia y el tiempo empieza a ser un factor clave para que el gobierno actual logre tener la suficiente capacidad de maniobra para enfrentar los desafíos de la mega-elección que se celebrará en 2024.
En vista de las experiencias del pasado reciente, la gran prioridad será garantizar que la justicia no sea utilizada como un instrumento para someter o ahuyentar a los morenistas que aspiren a ocupar un cargo de elección, o que pretenden reelegirse.
Si en lo que resta del año no logran, por lo menos, diezmar el poder de las Fiscalías y de la Auditoría Superior del Estado, que lejos de su compromiso institucional están alineadas aún con el panismo, existe el riesgo de que se inicie una embestida legal a “carpetazos” en contra de los candidatos de Morena, incluso contra funcionarios públicos del gabinete.
Es evidente, e inocultable, la cercanía o subordinación del Fiscal Anticorrupción Raúl Ramírez Castañeda y del Auditor Jorge Espino Ascanio con los Cabeza de Vaca.
Su cinismo es tal que, sin el menor recato, acuden al Congreso para burlarse de los legisladores morenistas y de su escasa capacidad para cuestionarlos o para minar su alianza con el régimen anterior, y que así dejan constancia de su falta de interés e inteligencia. En resumen, no les sirven como aliados ni operadores políticos al gobierno de Américo Villarreal.
Peor aún, hay muchos de ellos que, alborotados y obsesionados por obtener cargos de elección popular, se olvidan de sus responsabilidades.
La bancada morenista en el Congreso Estatal ha demostrado un total desconocimiento del trabajo legislativo y se ha rodeado de asesores disfuncionales que, sin embargo, devengan salarios abultados con cargo al erario público.
En teoría, es el Congreso el que debería haber revertido ya las arbitrarias reformas aplicadas a rajatabla durante el gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, mismas que permiten mantener subordinado al Poder Judicial del Estado a sus intereses.
Tan ajenos están a esta espinosa situación que ni siquiera la tienen considerada en su agenda. Finalmente, si hay algún diputado con una pequeña dosis de inteligencia, sabe bien que el gran error fue perder la condición de fracción mayoritaria. Lo demás es simplemente consecuencia.
Estos son los temas más urgentes e indispensables para el gobierno del doctor Américo Villarreal, que sufre las consecuencias de tener una bancada paralizada por ambiciones desenfrenadas, más empeñada en orquestar grillas en sus entornos locales para realizar sus proyectos personales y para hacer crecer su patrimonio personal.
Así sucede con la presidenta Úrsula Mojica, el diputado Pepe Braña, Humberto Prieto o José Alberto Granados, obsesionados en convertirse en los próximos alcaldes de sus municipios de origen, o peor aún, por brincar a una curul en San Lázaro. Lo que menos les preocupa y ocupa es limpiar los vicios que afectan la gobernabilidad y comprometen con intereses facciosos al aparato encargado de procurar justicia.
Otros diputados han optado por convertirse en “estrategas” en el Estado de algunas de las corcholatas que tal vez ignoran que han caído en manos de personajes ineptos y frívolos.
Mientras buscan saltar desde su curul, olvidan su compromiso de resolver el embrollo legislativo que se generó desde que llegaron al Congreso Local, lo que acotó el margen de maniobra del Poder Ejecutivo, que ha tenido que cargar con el lastre que representan casi todos los diputados.
El país se encuentra en un proceso electoral anticipado, y Morena tiene como principal problema la herencia que en el congreso y en algunos ayuntamientos le dejaron al gobierno actual.
Es urgente dar un golpe de timón.