Para las próximas dos décadas, la población del estado de Tamaulipas tendrá una reducción de personas jóvenes de manera significativa.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población, la entidad tendrá una reducción de la natalidad, por ende de la población joven en un futuro, donde las personas menores de 15 años pasarán de representar 27.4 por ciento de la población en 2015 a 22.9 por ciento en 2030 y a 19.4 por ciento en 2050, una diferencia de casi 6 puntos porcentuales (5.4).
En 2050 se prevé que la población en Tamaulipas alcance los 4 millones 229 mil 654 personas, de las que 725 mil 730 habitantes estarán en el rango de los 65 años o mas, es decir casi una tercera parte de la población.
En Tamaulipas el porcentaje de mujeres y hombres jóvenes disminuye 5.4 por ciento en el caso de los hombres y 5.5 en el de las mujeres de 2015 a 2050.
Este cambio “permite establecer políticas y programas de incorporación de las nuevas generaciones a actividades productivas y coordinar los programas de empleo con las políticas educativas comenzando a concientizarlos para la previsión de su futuro”, advierten las proyecciones de la Conapo.
A partir del 2025 comienza a marcar una tendencia a la baja para pasar de 65.8 (2015) a a 66.3 por ciento del total de la población para finalmente en 2025 bajar a 63.4 por ciento.
Las estimaciones, advierten que la población de 65 años y mas comiencen a tener mayor representatividad en 2030; se prevé que represente 10.8 por ciento del total y en 2050, 17.2 por ciento.
Las proyecciones de los especialistas, advierten que en términos absolutos, se proyecta un incremento en el porcentaje del grupo de 65 y más años de edad respecto a la población total, pasando de 10.8 por ciento en 2030 a 17.2 por ciento en 2050, el volumen del grupo también aumentará de 420 mil 791 a 725 mil 730 personas en los mismos años.
Para tener una idea, en 1970 este grupo de población representaba 3.7 por ciento de la población total, cifra que en términos absolutos correspondía a 56 mil 269 personas de 65 y más años de edad; para 2015 esta proporción asciende a 6.8 por ciento (237 mil 200 personas mayores) y para el 2050 la proyección serán 725 mil 730 personas de este grupo (17.2%) residiendo en Tamaulipas.
En el año 1970 se tenían 8 personas de 65 y más años de edad por cada cien menores de 15 años, en cambio, en 2015 había 24.7 personas adultas mayores por cada cien jóvenes, se esperan 46.9 en 2030 y para el año 2050 se estima que habrá aproximadamente 88.4 personas adultas mayores por cada cien jóvenes.
BAJA FECUNDIDAD ENTRE LA POBLACIÓN
Se espera que la fecundidad continúe disminuyendo, llegando a 2.08 en 2030 y a 1.94 en 2050. Así por ejemplo, la fecundidad de Tamaulipas se irá aproximando a la de la Ciudad de México, entidad federativa que durante el periodo de proyección tendrá la más baja (1.41 por ciento en 2030 y 1.36 por ciento en 2050).
La esperanza de vida de las personas que residen en Tamaulipas marca una tendencia de 15.7 años de vida promedio adicionales a la actualidad, en cuanto al promedio de 1970 que registraba 59-8 años de la población a 75.4 años. Los estudios realizados por la CONAPO arrojan un estancamiento en la esperanza de vida atribuibles a envejecimiento poblacional y un mayo número de muertes por enfermedades crónico-degenrativas y las muertes.
La brecha existente en la esperanza de vida entre hombres y mujeres, pasó de dos en 1970 a 6.2 años en 2015, siendo en los hombres y en las mujeres en 1970 de 58.8 y 60.8 años promedio, aumentando a 71.7 y 77.9 años promedio, respectivamente.
La tendencia de este grupo de edad es que duplique su volumen durante el periodo proyectado, lo cual significa un reto demográfico para las políticas públicas, destacando dos vertientes: por un lado, la generación de espacios de trabajo para que quienes continúen en el mercado laboral cuenten con protecciones adecuadas a la edad y con la garantía de tener un sistema de pensiones que en un futuro permita el retiro de las personas con un monto digno y adecuado para su subsistencia; entre otras acciones y estrategias sociales que permitan continuar con una vida lo más activa, independiente y saludable posible, hasta el momento de la muerte.
CUIDADO CON LAS PENSIONES
El envejecimiento de la población de Tamaulipas supone un reto: pues buena parte de las personas que en las próximas décadas entrarán en la edad jubilatoria no cuentan con un plan financiero para el retiro.
Esta situación se presenta después de la reforma al sistema de pensiones que creó las Afores.
En el 2022 se jubiló la primera generación de trabajadores que iniciaron una relación laboral formal a partir de 1997, y que a diferencia de quienes cotizaron con el régimen anterior -el de 1973- no podrán acceder a pensiones dignas. Hasta octubre del año pasado, de acuerdo a las cifras del IMSS; 1,807 tamaulipecos habían cumplido ya el trámite para recibir una pensión garantizada bajo este esquema que será en promedio de 4,738 pesos mensuales, una cantidad que apenas alcanza a rebasar la linea de pobreza para el área urbana.
La diferencia con los empleados que se habían jubilado hasta hace algunos años y quienes lo harán bajo el régimen de 1973, es que los “nuevos” dependerán por completo de sus propias aportaciones para acceder a una pensión que les permita mantener un estilo de vida similar al que llevan durante su vida económicamente activa. Sólo uno de cada cinco jóvenes de la “generación AFORE”, personas entre 27 y 39 años, considera el ahorro voluntario como un mecanismo para mejorar su pensión.
El INEGI reveló que al término del 2021, sólo 32.7 millones de personas de 18 a 70 años tenían una cuenta de ahorro para el retiro o Afore, cifra que corresponde al 39.1% de dicha población.
De estos, el 30.6% de las mujeres y 48.7% de los hombres de 18 a 70 años contaban con una cuenta de ahorro para el retiro o Afore.
La CONSAR realizó una encuesta que arrojó datos importantes sobre el comportamiento de los millenials con respecto a su retiro.
En Tamaulipas hay un 1 millón 727 mil cuentas de ahorro para el retiro administradas por las AFORES. De esa cantidad, se estima que por lo menos un 70% se jubilará con el nuevo esquema, con pensiones muy por debajo de sus sueldos.
De acuerdo a una encuesta de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) solo el 5.7% de los trabajadores hacen aportaciones voluntarias, que es la única opción que tienen para alcanzar una buena pensión.
Los trabajadores ahora tienen tres modalidades para pensionarse: la primera es una “renta vitalicia”, que es una pensión de por vida que se contrata con una aseguradora privada; ahí el monto de la pensión dependerá del saldo acumulado en la Cuenta Afore (por eso es importante hacer aportaciones voluntarias), y éste se actualizará anualmente de acuerdo a la inflación.
La ventaja de esta modalidad es que el pensionado tendrá un ingreso fijo durante toda su vida, desde el momento del contrato hasta su muerte. Como es administrada por una aseguradora que recibe los fondos administrados por las Afores, esto evitará que el pensionado se acabe sus recursos.
Otra modalidad es el llamado “retiro programado”: una pensión que se contrata con la AFORE. En este caso el monto de la pensión dependerá del saldo acumulado en la cuenta de los rendimientos que se obtengan y de la esperanza de vida que te calculen.
A diferencia de la Renta Vitalicia que paga una pensión de por vida, la de Retiro Programado la recibe el trabajador hasta que se agoten los recursos de tu cuenta AFORE.
POR JOSÉ LUIS RDZ.