Dice la Constitución en diversos artículos que es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república democrática, que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo, que todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste, y considera a la democracia como una estructura jurídica, un régimen político, y un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. Ese es el mandato constitucional, también el ideario y el camino que trazaron los revolucionarios mexicanos.
Por esa ruta han conducido al país tres partidos políticos que asumieron la Presidencia de la República a través de elecciones democráticas realizadas en los términos contemplados en la Constitución y las leyes.
Desde 1929 hasta 1988 el partido que fundaron los hombres que hicieron la revolución, en sus tres versiones PNR-PRM y el ahora llamado viejo PRI, ganó consecutivamente las elecciones de Presidente de la República. En 1988 la elección de Presidente que ganó el PRI con Carlos Salinas DeGortari, fue impugnada con acusaciones de fraude electoral por los disidentes de la Corriente Democrática del PRI, aliados con los partidos de izquierda. En el año 2000 el PAN ganó las elecciones y la Presidencia a través de Vicente Fox, el primer opositor en llegar a ese cargo. En el 2006 el triunfo en las elecciones del candidato del PAN, Felipe Calderón fue impugnado por acusaciones de fraude electoral por el PRD y su candidato. En el 2012 el PRI ganó la elección presidencial a través de Enrique Peña Nieto. En el 2018 ganó las elecciones de Presidente de la Republica, Andrés Manuel López Obrador del Partido del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, partido fundado y registrado en el siglo XXI. En todo los casos, todas las impugnaciones fueron resueltas por los tribunales correspondientes en cada época.
En México todos los Presidentes de la República surgidos de tres partidos políticos, han sido electos desde hace 90 años por los mexicanos con su voto, libre, secreto y directo, en elecciones democráticas, organizadas, vigiladas y validadas por autoridades electorales legalmente constituidas.
Hoy Morena y sus aliados el PT y el PVEM realizan un proceso interno para elegir un Coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación que llegados los tiempos señalados por la legislación electoral se convertirá primero en precandidato y después en candidato a presidente de la república.
La alianza PAN-PRI-PRD ha establecido un método para elegir Coordinador del Frente Amplio por México que, al cumplirse los plazos legales se convertirá en precandidato y candidato de la coalición que integran esos tres partidos.
Independientemente de los gritos destemplados de los que acusan que se esta violando la ley porque se están realizando actos anticipados de campaña, la sociedad sigue con profundo interés el trabajo de todas esas organizaciones políticas y de sus aspirantes, así lo revelan las encuestas de opinión, porque quienes resulten electos para esos cargos partidistas, serán los contendientes por la Presidencia de la República.
La autoridad electoral ha tenido la sabiduría y la prudencia necesarias para no obstruir esta fase del desarrollo democrático.
Queda como una lección para todos la urgencia de una reforma electoral constitucional y legal, que revierta todas las normas draconianas aprobadas en la reformas de 2007 y 2014 que por ahora, tanto los partidos como las autoridades, han encontrado la manera sutil de no transgredir, sin dejar de fortalecer la vida Democratica.
En México la democracia está viva, funciona y cumple, cada vez más, con aquel principio que dice que todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ