26 abril, 2025

26 abril, 2025

Apá, ¿y la pensión?

Se estima que en México 3 de cada 4 menores no reciben sustento por parte de sus padres ausentes

Rosalba y Neto se conocieron hace siete años trabajando en la misma maquiladora. Desde un principio sintieron que la vida los había juntado, para ser la razón de vivir el uno del otro.

Vivieron un noviazgo de un año y convencidos de su amor, se casaron en abril de 2017. Todo parecía ir bien para la joven pareja, y tan solo 10 meses después de su casorio, una bella niña vino a coronar su felicidad.

Karime, su bebé empezaba a dar sus primeros pasos cuando nació el segundo heredero de la familia, Netito Junior.

Para entonces, Rosalba ya había dejado de trabajar en la ‘maquila’ y se dedicaba de lleno a las labores del hogar.

Con algunos ahorros, decidieron montar un pequeño ‘tendajón’ en la colonia donde residían, y vendiendo ‘cocas’, frituras, mangonadas y bollos lograban mantenerse a flote.

Poco a poco llevaron para arriba su negocito familiar, surtiendo además un poco de frutas y algunas legumbres.

Sin embargo, cuando más optimistas se sentían Rosalba y Neto, un suceso mundial vendría a zarandear su vida. La pandemia provocada por el Covid-19 impactaría a la región como nunca antes se había visto. Neto fue despedido de la maquiladora. De la noche a la mañana, el ingreso de ese hogar se reduciría en gran manera.

Los primeros meses la pequeña familia lograría subsistir con sus ahorros y deshaciéndose de uno de sus coches.

Las ventas de su ‘changarro’ disminuyeron. Neto empezó a emplearse con chambitas aquí y allá, limpiando solares e impermeabilizando techos.

Pero dicen que cuando el dinero se va por la ventana, el amor se sale por la puerta.

Las discusiones se hicieron más frecuentes. Los insultos subieron de tono. Fue en diciembre de 2020 que Neto decidió irse de casa.

Rosalba no llegaba a comprender en qué momento su matrimonio perdió el rumbo y se llegó a tal situación.

Mas, a pesar de la fuerte sensación de fracaso que la oriunda de Villa de Casas experimentaba, el amor a sus hijos la empujó a seguir adelante.

Rosalba empezó a vender gorditas y flautas, postres, ropa de paca y otras mercancías para sacar para la ‘papa’.

De Neto no supo nada durante varios meses, solo el rumor de que su todavía esposo se había ido a vivir a la frontera.

Por consiguiente, tampoco recibió un solo peso para mantener a sus dos hijos. Un día, un tipo bien vestido se presentó a su casa con una demanda de divorcio.

Rosalba quedó devastada. Tras varias audiencias la separación legal se consumó. Neto quedó obligado a contribuir con una pensión para sus dos pequeños hijos, lo cual cumplió al pie de la letra …solo cuatro meses.

– Desde hace casi dos años mi ex se desentendió de sus hijos, y a pesar de que ya lo demandé no hay avances. – cuenta Rosalba al Caminante.

– ¿Qué es lo que pasó? – pregunta el vago reportero. – Dice que no tiene trabajo, y cuando lo tiene reporta un ingreso menor para pasarme unos cuantos pesos, o cambia de domicilio o hace un montón de cosas para no cumplir.

Por ejemplo, cuando se descompuso la tubería del agua potable, un ‘maistro’ estuvo trabajando varios días aquí en la casa, y él le tomaba fotos a su camioneta para decirle al juez que yo ya tenía otro pelado viviendo en la casa, que ya tenía “un concubino”, y la verdad es que no, aunque él sí ya tiene otra mujer – relata Rosalba.

La mujer confiesa que al principio le negaba a Neto la visita a sus hijos, pero el juez le advirtió que eso no era legal y que hasta podía perder la custodia en incluso la patria potestad de sus hijos.

– Cuando llega a darme algo para los niños son 500 pesos a la quincena ¿sabes para que sirven 500 pesos? ni para un par de zapatos para cada uno. – ¿Y qué consejo te da el abogado? – Voy a tener que proceder conforme a derecho, pero eso significa que lo van a ‘ganchar’ porque no se ha presentado a las últimas 3 audiencias.

Yo ya hablé con él y voy a ir hasta las últimas consecuencias. Yo no quiero que me mantenga, con lo de mi tiendita, vendiendo ropa de ‘Shein’ y otras mugres saco para vivir, pero no es justo que sus hijos pasen por privaciones nomás por su egoísmo. – Entonces si va en serio la cosa. – Negarles la pensión alimenticia a los hijos es un delito, y le pueden dar hasta 5 ó 6 años de cárcel, no recuerdo bien cuántos.

Al principio me frenaba porque decía ‘es el padre de mis hijos’ pero veo que nomás no entiende. Rosalba sigue manteniendo a sus dos hijos prácticamente sola, pero quiere creer que el asunto de la pensión alimenticia se resolverá próximamente.

Por lo pronto no le queda de otra más que seguir el proceso y chambear duro. Ojalá todo mejore. Demasiada pata de perro por esta semana.

POR JORGE ZAMORA

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