De tiempo atrás, sigo el trabajo de Octavio Quintanilla, escritor y artista plástico, originario de Harlingen, Texas, concilia en su poesía los dos instintos contextuales de sus orígenes hispano-anglo, asimila con libertad su expresión poética, alternante, sin perder la conexión de los lenguajes en metáforas e imágenes que se hermanan sin caer en lo chocante y viciado de la poesía chicana, que achato el lenguaje con la aliteración y repetición de formas que apagaron la brillantez de un gran movimiento cultural de hispanos en los Estados Unidos.
De acendradas raíces mexicanas, la poesía de Quintanilla, contiene mucho de lo visual, sus textos aglomeran en páginas frontales que el autor asume de Frente, sin perfilar, donde el texto en un espejo de sus visiones.
Guillaume Apollinaire, y sus Caligramas, que también nos llevan a la música. Y debemos señalar que Apollinaire es quien acuña el termino “Surrealismo” y no André Breton, y como nadie nos acercó a los textos visuales y su influencia es tal que el cubismo encontró en su poesía una justificación de lo textual-objeto, que orillan a los artistas a una visión sobre el objeto pictórico-poético, el Cubismo de Paul Cezanne tiene muchos de estos elementos de lenguaje que escrito se convierte en objeto, y dará un procesos a la pintura de las Vanguardias, Picasso entre otros.
Los objetos bajo la luz propician movimiento, y el lenguaje visual se mueve en el cuaderno como lo aprendió Erza Paund en su visión al lenguaje dibujado de los japoneses y chinos.
El arte es ante todo un solución visual de comunicación, pero el lenguaje como afirma Octavio Paz es una repetición rítmica que lo construye.
El primitivismo en el arte es un lenguaje comunicante, frontal. Líneas y color nos anuncian la comunicación. En estas visiones los lenguajes de la comunicación contemporánea descansan sobre la expresión no verbal que economizan al lenguaje. Pero también la verbalización de las formas desde el color y sus sonidos.
Octavio Quintanilla ha llevado a su cuaderno de notas sus hallazgos poéticos que ha convertido en su poética. Frontextos no es la novedad, si es el ejercicio visual que poetas los le imprimieron a la pintura.
Williams Blake es un ejemplo de estos, y el propio Miguel Ángel es un poeta en su concepción básica de la forma. Ejemplos muchos, pero la riqueza aportada por los Surrealistas es inconmensurable en la multiplicación de las formas desde la pintura, la música, el cine, y la literatura, El arte es fantástico en tanto que no es naturaleza sino naturaleza creada por el hombre.
En este camino desde Mondrian, Pollock, hasta los poetas como Erza Paund, y T S Elliot se mueve Octavio Quintanilla en un mar de contradicciones, de aparentes contradicciones invadiendo todos los “Istmos”, hasta llegar a un simbolismo provocador, tentativa de arquitectura y de pintura simbólica.
Es un trabajo constante, infatigable donde el poeta pintor se sustrae de las obligaciones académicas para invadir los espacios de los sentidos que hasta ahora eran propiedad de los artistas.
El ejemplo es múltiple, y ante la apertura de los espacios y las líneas de Kandisky, abunda en una definición formal de su expresión visual poética.
Arquitectura es poética concreta como la palabra en su sonoridad es un objeto físico. Frontexto es un cuaderno de notas que se inician ingenuamente bajo el precepto de la o palabra que el poeta y profesor de literatura en la Universidad de Nuestra Señora del Lago de San Antonio, imparte.
Pues bien ha tocado los confines del objeto poesía como un lenguaje más allá de las señales para dar forma y contenido desde el color y el andamiaje de sus expresiones que se iniciaron con “rayadero” como los niños, pasando por Gorki, PollocK, hasta retomar el expresionismo y las virtudes del control de la línea de Kandinsky, me atrevo a pensar que ha desbordado las fronteras de su poesía para asomarse a lo concreto del lenguaje poético, este que también es pintura y arquitectura.
La ” fragmentación” lo digo, porque ha retomado expresiones del arte contemporáneo con causa y efecto. En una arte contemporáneo que ha abusa de la expresión abstracta deslindándose de toda formación académica y se comete el error de caer en lo repetido de lo repetible. No un arte deshumanizado, sino un arte fragmentado por el desconocimiento de los procesos artísticos y el oportunismo comercial, siempre valido en los artistas.
Octavio Quintanilla se asoma a esta gran ventana del arte de nuestros días donde las filiaciones poéticas y abstractas tienenun contenido humano, el color nos humaniza por su frialdad y su calor. Dice Adorno “que el arte en lo más alto empuja y calibra más allá y hacia un estado de fragmentación” , Donal Kuspit Dialectic of Decadense.
El poeta pintor lo entiende y encuentra. Bien lo que dice George Braque que la limitación de los significados engendran un estilo….
Me interesa la palabra objeto, lo tangible del texto de nuestros días, la oportunidad de volver a lo primitivo que no es otra cosa que la poética del espacio, como la música recobra sus sentidos al tocar los instrumentos tan antiguos como el hombre mismo. Lo tangible nos vuelve a las cosas.
El texto es tocable y la cibernética nos ha permitido un encuentro con nuestro pasado humano. Vamos, es una conjetura, una fragmentación de pensamiento y de pensamientos. El arte, la sorpresa de lo inesperado.
POR ALEJANDRO ROSALES LUGO