Con el discurso titulado “Escribir con el presente: archivos, fronteras, cuerpos”, la reconocida novelista mexicana Cristina Rivera Garza (nacida en Matamoros, Tamaulipas, en 1964) ingresó a El Colegio Nacional el jueves 20 de julio, marcando un hito al convertirse en la primera escritora en formar parte de esta prestigiosa institución.
Durante la ceremonia, que tuvo lugar en el Aula Mayor de El Colegio Nacional, Rivera Garza expresó su emoción al afirmar: “Esta noche es de gran importancia para mí y es un honor poder dirigirme a todos ustedes”.
Acompañando a la autora estuvieron el médico Adolfo Martínez Palomo, presidente de la institución, y el reconocido escritor Juan Villoro, quien ofreció su respuesta al discurso de ingreso.
En su discurso, Rivera Garza destacó el poder de la escritura para generar realidad y abordó temas tan profundos como la ancestralidad, la violencia, la injusticia y el duelo.
Mencionó a sus abuelos y reflexionó sobre el feminicidio de su hermana, un tema central en su premiado libro “El invencible verano de Liliana”.
La autora enfatizó: “Cuando hablo de producir realidad, me refiero menos a la idea grandilocuente de libros que podrían cambiar o no el mundo, y más a la manera en que la escritura conecta lo íntimo y lo cotidiano con el conflicto y la fragmentación”.
Este ingreso de Cristina Rivera Garza a El Colegio Nacional representa un reconocimiento a su importante contribución a las letras mexicanas y a su capacidad para crear obras literarias que trascienden las fronteras y abordan temas relevantes para nuestra sociedad.
La elección de Rivera Garza como miembro de El Colegio Nacional se basó en la originalidad de su voz, el aliento poético de su escritura y su capacidad para combinar la literatura con las ciencias sociales. Estos méritos le han valido el título de Maestra Emérita de México.
La autora reflexionó sobre el desafío de escribir sobre y contra la violencia, especialmente cuando las narrativas patriarcales han perpetuado y justificado dichas agresiones.
Rivera Garza planteó la pregunta crucial: ¿cómo escribir contra la violencia utilizando un lenguaje que la ha normalizado y legitimado? “Escribir es, en su esencia, un acto crítico”, agregó.
La escritura creativa tiene el poder de despertar y activar un lenguaje que, desde las estructuras y los privilegios del poder, se vuelve insensible y paralizado.
La tarea de Rivera Garza como escritora es explorar, cuestionar, subvertir y complicar las narrativas que se nos presentan como absolutas o como condiciones inherentes. Sin embargo, enfatizó que esto no es una tarea que se pueda lograr de manera aislada.
POR AGENCIAS
