Los datos recién difundidos por el gobierno expresan una notable mejoría en la economía nacional. Nuestro crecimiento ha superado lo previsto, se repuso el índice anterior a la pandemia.
¡Hasta podríamos crecer en este año tres por ciento! Además del debilitamiento del dólar estadunidense, el peso se fortalece a la política restrictiva del Banco de México y el aumento en la tasa de interés atrae inversiones extranjeras directas.
Se puede esperar la apreciación del peso y según algunos, la política restrictiva de Banxico y la preferencia internacional por invertir en pesos mantiene optimismo en las bolsas.
A lo anterior se añaden las remesas que, sólo en mayo pasado fueron de cinco mil 600 millones de dólares. Las finanzas públicas manejadas por el secretario de Hacienda han sido astutamente ejecutadas.
Con política de recaudación reforzada y, valiéndose de recursos antes respetados para evitar endeudamiento, el país no parece encaminarse hacia una típica crisis sexenal.
El tipo de cambio para finales de 2024 podría ser de 18.14. La creación de empleo formal ha caído notoriamente.
La cifra para el año actual es de apenas 650 mil trabajadores, sin que haya sido posible transformar la informalidad en puestos de mayor calidad productiva.
Pasados cinco años del sexenio y en vísperas del cambio en 2024, el tono del país no aprecia los factores mencionados.
Hay honda preocupación en la mayoría de los sectores por la estabilidad política de México y rechazo a que continúe Morena en la administración nacional.
Una importante proporción del país se alinea para impedir la continuación de quien AMLO quiera designar como sucesor. Se forman grupos que unidos lucharán en este senido.
¿Qué sucedió? El método personal de gobernar y la división que AMLO impuso al país, trazando su oposición a sus adversarios y la concentración en su persona de todas las decisiones para realizar su programa antiempresarial, junto con los errores de estrategia económica, donde el desmedido aumento en los costos de los proyectos de la 4T ha superado con mucho lo previsto, alejaron al Presidente de todo apoyo, salvo el que él supone retener en su base popular.
La sagaz economía no ha significado tranquilidad social. Dos metas han quedado sin lograrse: eliminar la corrupción y la violencia.
El Observatorio Nacional Ciudadano estima que el gobierno es el más violento de la historia mexicana, registrando 103.9 carpetas de investigación por cada 100 mil habitantes.
Causa en Común reveló que de enero a junio de 2023 se cometieron al menos tres mil 285 crimenes de extrema violencia.
El predominio de la violencia por el aumento del poder de las mafias bajo la impunidad ha cubierto gran parte del territorio nacional, extendiéndose hacia Norteamérica, Europa y Asia.
La debilidad del sistema de procuración de justicia y judicial está hasta la raíz, por la impunidad que lastra.
El espectro del terrorismo en el país es un factor que se viene expresando en homicidios, atracos de unidades de producción y desapariciones.
La violencia reciente del crimen organizado en todo el territorio está en concordancia o coordinación con el mensaje emitido desde la mañanera.
Ambos buscan la continuación de Morena en el poder. En lo que a la lucha contra la corrupción se refiere, es común la condena, pues este fenómeno cunde por doquier en todos los niveles.
La corrupción en los centros de gobierno se ha extendido hasta los rincones más detallados del país. Aliada de la violencia de las mafias, que operan con toda impunidad, ha convertido a México en un área que está bajo su dominio en más de 75% del territorio.
La situación en que nos encontramos condena a la administración de López Obrador por su insistencia en dividir al país entre los que promueven la Cuarta Transformación y los “adversarios”, bloqueando toda posibilidad de un esfuerzo de unidad nacional en cualquier sentido.
No sólo están obstruidos los canales de comunicación. Las políticas del Presidente han desviado la acción de entidades que fueron creadas para un servicio social determinado.
Las políticas del gobierno han alejado a los sectores productivos de la sociedad de sus actividades originales y han dejado sin perspectivas a los que realizan éstas.
Las acciones del gobierno han dejado al garete las atenciones que tienen que ver con salud y educación.
El desorden que se ha apoderado de estos campos deja por tarea la reconstrucción nacional que habrá de emprender el personaje que gane la elección presidencial en junio de 2024.
Las buenas noticias que se difundieron en estos días no han afectado las actitudes de los que habrán de elegir a quien presida al país en el sexenio 2024-2030 ¿Qué sucedió con las buenas cuentas que el gobierno presenta en lo financiero? Lo que se ve con claridad es que, por el momento, a muchos meses de las urnas, la voluntad de la ciudadanía no aceptará otro ensayo.