A diferencia de los frecuentes desencuentros con el presidente López Obrador, la reunión que la aspirante a candidata presidencial de Morena, Claudia Scheinbaum, sostuvo el 21 de agosto en la ciudad de México con los representantes empresariales, fue cordial y fructífero.
Quizá esa fue una de las razones por las que la mayoría de los medios informativos guardaron silencio sobre el suceso, habrían contribuido a elevarle los bonos políticos a la puntera de la carrera presidencial de la Cuarta Transformación.
Reuniones similares que los miembros del Consejo Coordinación Empresarial celebraron con Ricardo Monreal y Manuel Velasco pasaron inadvertidas, la de la líder de la contienda, en cambio, resultó todo un acontecimiento.
Tanto que, a decir de a algunos comentaristas de la TV, como Ciro Gómez Leyva, fue un “eventazo”. “No fue esta vez (Claudia)la candidata de la continuidad del populismo autoritario, tampoco del proyecto que nos va a llevar a Venezuela, ni el proyecto que quiere llevar el comunismo a los libros de texto”, expresó.
Uno supondría en todo caso –destacó a continuación elcomunicador–que ese gran evento lo debió de haber tenido Xóchitl Gálvez o Beatriz Paredes.
También porque asistieron los 232 integrantes del Consejo Coordinador Empresarial, la Coparmex, las empresas globales, asistieron todos no faltó uno solo de los convocados, comentó Francisco Cervantes, el presidente del CCE, hecho que le da una relevancia especial a la reunión y un giro distinto al trato de los empresarios a una representante de la 4T, a la que llenaron de elogios.
A juzgar por imágenes y el lenguaje corporal un evento de esa naturaleza y magnitud, en el que predominaron las sonrisas, los abrazos y todo parecía color de rosa, sería más propio de los representantes del sector privado con una candidata de la derecha, no con una de la izquierda, mucho menos de la izquierda obradorista.
A algunos analistas, incluso, dio la impresión de que fue un visto bueno encubierto de los adversarios políticos de AMLO a la carrera por la presidencia de la República de la exjefa de Gobierno de la capital del país.
Eso pareció a muchos.
Obviamente, también debió de haber causado escozor a los seguidores y simpatizantes del Frente Amplio por México.
La pregunta ahora es ¿cómo tratarán a Xóchitl, pero, sobre todo, si esta estará a la altura de las circunstancias, como lo estuvo la morenista? A muchos parece imposible que una candidata que piensa que con prohibir las micheladas se erradicará a la violencia criminal y que es dueña de un lenguaje soez y superficial, alcance la estatura y solvencia política de la Scheinbaum. Habrá que ver.
POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ
jlhbip2335@gmail.com




