En México, septiembre no solo marca la transición hacia el otoño, sino que también trae consigo un recordatorio crucial para las familias: es el mes del testamento. Esta iniciativa se desarrolla desde el 2003 y fue iniciada por la Secretaría de Gobernación y el Colegio Nacional del Notariado Mexicano. La intención de esta iniciativa es concientizar sobre la importancia de establecer una voluntad legal y planificar la distribución de bienes y recursos para garantizar la estabilidad financiera y emocional de las familias. El testamento, lejos de ser un tema tabú, es una herramienta poderosa que puede tener un impacto duradero en las finanzas familiares y en la paz mental de quienes lo hacen.
De acuerdo con datos presentados en la Encuesta sobre Servicios Notariales en la Ciudad de México, por el Colegio de Notarios de la Ciudad de México, el 27 por ciento de la población de una de las principales ciudades del país consideran que uno de los principales servicios de un notario es realizar un testamento. Tal es el caso que, en 2022, 65 por ciento de las encuestados mencionan que conocer el programa del mes del testamento y que su opinión sobre este programa es muy buena o buena. Sin embargo, 31 por ciento de los mismos no ha oído sobre dicho programa.
Estas cifras muestran que el programa ha avanzado, pero aún se requiere de difusión del mismo y que la población decida hacer un testamento, ya que solo 23 por ciento de los encuestados mencionan tener un testamento, lo que significa que menos de la cuarta parte de la población tiene un testamento. Adicional, el 45 por ciento considera que no hace falta tener un testamento. No obstante, hay algunas razones por la cual es necesario hacer un testamento.
Debido a que en el mundo una de las constantes es la incertidumbre, el acto de hacer un testamento se presenta como una forma de cuidar a nuestros seres queridos incluso cuando no estemos físicamente presentes. Si bien puede parecer un proceso sombrío, su impacto positivo en las finanzas familiares es innegable.
La principal ventaja de hacer un testamento radica en que otorga a la persona que lo crea el control sobre sus propios bienes, puesto que al establecer cómo se dividirán sus posesiones, propiedades y recursos financieros, se asegura de que sus deseos sean respetados y ejecutados de acuerdo con sus intenciones. Esto evita situaciones de conflicto entre los seres queridos y brinda claridad sobre cómo se manejarán los asuntos financieros en momentos emocionalmente difíciles.
En este contexto, el testamento puede actuar como un apoyo vital para la familia en duelo, ya que reduce la carga emocional y tensiones que puedan surgir debido a disputas. Y, la falta de un testamento, puede dar lugar a prolongados procesos legales y desacuerdos, lo que añade estrés adicional a un período ya difícil.
Otro aspecto relacionado al impacto del testamento, es que no sólo se limita a la división de bienes, sino que también puede ser una herramienta para garantizar la protección de seres queridos vulnerables, como hijos menores o adultos con discapacidades. Y, mediante un testamento, se puede designar a tutores legales para los niños y establecer fideicomisos que administren y protejan los recursos destinados al cuidado de personas con necesidades especiales.
Recuerda que, hacer un testamento, implica planificar con anticipo para proteger a nuestros seres queridos; evita conflictos y desgaste financiero; y, brinda tranquilidad emocional. Si deseas iniciar el proceso del testamento, comienza con una reflexión y planificación, recurre a un abogado o notario para asegurar los requisitos y condiciones que conlleva hacer un testamento y que este tenga validez legal. Así, cuidar de nuestro patrimonio se ve reflejado en la situación financiera y finanzas familiares del hogar.
POR ANGÉLICA GONZÁLEZ