Es verdad que la virtual declinación de Beatriz Paredes y el PRI en favor de Xóchitl Gálvez allana el camino para que el Frente Amplio Opositor salga en unidad de cara a la elección del 2024.
Esa sería una primera lectura que difícilmente podría debatirse.
En principio, porque la decisión de cercenar el proceso justo antes de concluir, responde a que tanto el PRI como el PAN habían perdido el control de la consulta interna agendada para el domingo.
Como en cualquier procedimiento electoral de este tipo, había un riesgo latente de que la tensión se elevara, o aún peor, de que los resultados no fueran los esperados por los patrocinadores empresariales y políticos del frente opositor, es decir, había una posibilidad real de que los votos no favorecieran a Xóchitl.
Así pues, los priístas hicieron lo que mejor saben hacer, y lo que los ha mantenido con vida durante las últimas dos décadas desde que dejaron la presidencia: la negociación a oscuras.
Vestidos de héroes, los dirigentes priístas -incluidos los tamaulipecos que un día homenajean a Eugenio Hernández y otro se entregan a sus verdugos- salieron a garantizar la estabilidad del Frente, por más que eso implicara dar al traste con el supuesto talante democrático de su proceso interno, porque al final -como adelantó el presidente con su ya célebre “Beatriz aguanta, el pueblo se levanta”- el candidato de la oposición no será producto de la voluntad popular que presumían, sino de los acuerdos cupulares entre los defenestrados partidos políticos.
Pero esta negociación entre el PRI y el PAN entraña una nueva complejidad para los aliancistas.
Alito y Beatriz venderán muy cara la inmolación que protagonizaron ayer, y la moneda de paga, faltaba más, serán las múltiples candidaturas que estarán en juego para el 2024.
Siempre, con el sartén por el mango y la posibilidad latente de dinamitar el Frente si no reciben el pago acordado.
En Tamaulipas, por ejemplo, donde Beatriz Paredes conserva amplias redes de comunicación con viejos -y no tan viejos- cuadros del PRI, y Alito mantiene sometido al Comité Estatal, ¿cabe esperar que los priistas se pongan un poco más dignos que en los procesos anteriores cuando se conformaron con las migajas del PAN? Puede ser, aunque poco puede esperarse de personajes como su dirigente Carlos Solís Gómez.
Pero como este escenario regional, se multiplicarán muchas batallas en todo el país. Queda claro: no será fácil para Xóchitl maniobrar al interior, mientras afuera tiene a un adversario tan poderoso como la 4T.
Avances en empleo
En medio de la guerra política que se avecina, hay un tema al que la oposición no le encuentra la cuadratura.
El problema es que mientras intentan vender la narrativa de un país sumergido en una grave crisis económica, el ánimo social apunta en otro sentido porque, gusten o no los métodos de la 4T, todos los indicadores son favorecedores.
En Tamaulipas para no ir tan lejos, de acuerdo al INEGI la Población Económicamente Activa (PEA) pasó de 1 millón 675 mil 906 a 1 millón 702 mil 013 personas, es decir, aumentó en 29 mil 488 personas con empleo, en el trimestre abril-junio del 2023, lo que se traduce en una baja en la tasa de desempleo.
Sería ocioso negar que lo anterior responde a las políticas económicas de los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y de Américo Villarreal, y a la buena relación que mantienen con los sectores productivos.
La buena noticia es que esta tendencia se mantendrá en el futuro, gracias a la puesta en marcha de diversos proyectos de inversión en todo el estado: desde la planta de Fertilizantes en Reynosa, a la que se sumará una más en Madero, y el puerto de Matamoros; hasta la planta de licuefacción de gas en Altamira, y la explotación del campo Tríon en las aguas profundas del Golfo de México.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES