Aunque algunos rumores suponen podría convertirse en “estrella” del Movimiento Ciudadano, el futuro político de Marcelo Ebrard es incierto. Pretendió ser el abanderado de la causa morenista sin embargo no tuvo valor para asumir las consecuencias. Es un mal perdedor, por el contrario de Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velazco, quienes con valentía aceptaron la derrota, pero además se comprometieron a apoyar a Claudia Sheinbaum como corresponde al proyecto de transformación que ha de afianzarse el próximo sexenio.
Al final Ebrard enturbió la tarea de un gran equipo, pero no la ensució, aunque sí aportó material a un escándalo capitalizado por la oposición que encontró pretexto para en algo abonar el cochinero construido hacia el interior del llamado “Frente amplio” para empoderar a Xóchitl Gálvez.
Por supuesto que la alianza maldita ahora se observa pequeña ante la elección de la ex jefa de gobierno de la CDMX como Coordinadora nacional de los comités de defensa de la 4T que no es otra cosa que la antesala de la candidatura y posteriormente la presidencia de México. Con Claudia ahora mismo empieza a escribirse la nueva historia gracias al empuje popular, incluidas las generaciones herederas del proyecto humanista concebido por AMLO y quienes por más de treinta años se enfrentaron al sistema generador de violencia y corrupción.
Mientras la oposición se enreda en sus propios tentáculos, Morena va hacia el futuro con optimismo. El entusiasmo de Claudia es inocultable y contagia por la convicción de que lo que viene será mejor para los marginados después de que el gobierno de Andrés Manuel construyó las bases de la auténtica justicia social. Es indudable entonces que México dará el gran paso hacia el desarrollo y progreso de las mayorías.
Es tiempo del cambio real y no del atraso que invocan los conservadores al pretender rescatar el viejo estilo de manipular y engañar para justificar el saqueo y la traición de que por lo menos seis décadas fue víctima la república. En este sentido Gerardo Fernández Noroña tiene razón al señalar que la derecha no se debe hacerse ilusiones “porque tiene su lugar bien ganado en el basurero de la historia”. Y ni modo que sea invento.
Mientras tanto la actitud de Ebrard es penosa después de su valiosa aportación al gobierno de AMLO. Todos reconocemos su trabajo desde Relaciones Exteriores, fue magnífico funcionario, digno y responsable en las circunstancias más difíciles. Durante la pandemia fue enlace perfecto para que México recibiera a tiempo las vacunas necesarias y en las crisis latinoamericanas respondió con la importancia del cargo ratificando el prestigio internacional de nuestro país en materia de asilo.
Es lastimoso que el ex canciller renuncie a seguir siendo parte de la transformación, por lo que se califica de un “berrinche” por no colmar sus ambiciones personales. Ojalá y recapacite y no corte su carrera política de esta inesperada forma. Como partícipe del proceso ocupó el segundo lugar, ello le da oportunidad de figurar destacadamente en el próximo régimen. Podría ser coordinador de senadores o secretario de Gobernación y lo mejor es que seguiría en el ánimo ciudadano, si es que cuando cumpla los 68 desea otra vez ir por la candidatura presidencial. Que no eche en saco roto el mensaje enviado por AMLO en “la mañanera” de este jueves o la última llamada de Claudia.
QUE NO CREZCA NI SE AGRAVE
Al margen del daño al proceso educativo, el problema entre el SNTE y la SET de alguna manera nos afecta a todos. Por ello importa buscar soluciones por la vía del entendimiento razonado y práctico. Hacer a un lado la burocracia formal dejando que las partes se relajen y en este escenario aportar la humildad necesaria para alcanzar acuerdos de complacencia mutua. No permitir que las provocaciones superen al raciocinio o que los rencores tomen el lugar del sentido común.
Aportar humildad digo, que no significa sometimiento, sino convicción de que el magisterio debe sobrevivir en mejores condiciones. Y en esto tienen que ver autoridades y sindicato por la sencilla razón de que es mandato humanista de la república en transformación.
Escuchar a Arnulfo Rodríguez Treviño anunciar “la toma” del espacio donde ha de celebrarse el Grito de Independencia es suponer que el conflicto está apenas en su fase primaria, sea lejos de un entendimiento. No es la mejor noticia como tampoco lo es creer que funcionarios menores son infalibles.
El columnista considera que el gobernador Américo Villarreal Anaya es materia dispuesta de solución y que el líder magisterial está en la misma frecuencia. No puede ser de otra manera si el propósito es lograr bienestar para uno de los sectores mayormente castigados por la soberbia y el exceso de autoritarismo del anterior régimen.
SUCEDE QUE
Por el bien de todos primero la educación.
Y hasta la próxima
POR MAX ÁVILA