La tragedia de la Iglesia de la Santa Cruz dio vueltas por todo el mundo, la noticia corrió como pólvora, y desde el Vaticano brotaron plegarias por el descanso eterno de las personas que han perdido la vida.
Medios nacionales e internacionales dieron la narrativa de cada segundo de dolor y luto que se ha vivido, desde el pasado domingo 1 de Octubre, y que todavía no ha terminado este capítulo de tristeza.
La información del colapso de esta parroquia llegó hasta Roma, por medio del portal digital Vatican News, y otros medios de comunicación, la información consternó al mundo entero.
Las horas de luto y de tristeza continuaron prolongándose por toda la urbe durante este martes 2 de Octubre, pues una joven se sumó al saldo de las víctimas de esta tragedia que perdieron la vida.
Van 11 en total, entre adultos y niños, todavía hay varias personas hospitalizadas en el IMSS y en el Canseco, afortunadamente las autoridades estatales y municipales, han estado muy cerca de los familiares, y que bueno que lo han hecho, porque es parte de su trabajo.
La verdad, es que no les debe de faltar nada, debe darse todo el peso de las autoridades para hacer que este trago amargo sea menos doloroso y pesado tanto para las víctimas como para los familiares.
Ver las imágenes áreas fue algo impresionante, debido a que tenía que ser «ver para creer» , por que no era tan fácil de aceptarlo, la realidad es que casi todo mundo conocíamos esta iglesia.
Mientras que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sólo dedicó un minuto de su conferencia la mañanera, para darle el pésame a los familiares de las víctimas.
Lo cierto es que el cabecita de algodón está enterado de lo que sucedió en la urbe petrolera.
En este momento no cuenta la grilla, no hay nada más importante que esperar a que pronto salgan del peligro cada una de las personas que se encuentran hospitalizadas.
Mi respeto para cada uno de las personas que pusieron su «granito de arena» apoyando a retirar el escombro y a rescatar a los heridos, fueron muchos voluntarios los que mostraron su amor al prójimo.
Es un momento muy difícil el que está pasando la zona sur del estado, donde todo mundo demostró que hay unidad y mucha unión en los tres municipios.
Los tampiqueños, maderenses y altamirenses son una misma comunidad, siempre lo han demostrado así, muy por encima de los partidos políticos y de las diferencias.
Las autoridades deben velar por que esta historia no se vuelva a repetir, nunca jamás, en ninguna parte.
Un abrazo muy fuerte para todos aquellos que perdieron a uno o varios familiares.
Dios, les dé pronta resignación.
POR MARIO ALBERTO PRIETO
