Los perros son una de las mascotas más populares entre jóvenes y adultos, por lo cual muchas personas se preocupan por su bienestar, dando lugar a la creación de albergues y centros de adopción en los que los ejemplares pueden esperar con tranquilidad la llegada de su nuevo mejor amigo; sin embargo, hay ocasiones en las que la espera es eterna y la felicidad nunca llega a la vida de los lomitos, quedando así en un limbo de plenitud.
En este sentido, algunos defensores de los animales se han aventurado a señalar que, así como los perros pueden sentir dolor y tristeza, es posible que sientan felicidad al igual que los humanos, aunque no necesariamente por los mismos motivos, ya que, mientras nuestra especie muchas veces se inclina por los presentes materialistas, los caninos suelen ponerse contentos con la sola presencia de sus seres queridos o el tiempo que estos le dedican a sus paseos cotidianos.
¿Cómo sé si mi perro es feliz?
En general son muchas las señales que pueden indicarte si un perro está feliz o incómodo; por ejemplo, si las orejas de tu can se mantienen erguidas es un indicio de que está alerta y dispuesto al ataque; en cambio, si tiene las orejas hacia abajo es símbolo de sumisión. Y si lo que buscas es determinar si tu perro es o no feliz a tu lado, entonces será mejor que prestes mucha atención a su comportamiento, ya que, de acuerdo con National Geographic, los lomitos felices tienen una postura relajada, libre de tensiones que también influye en la expresión de su rostro, la cual tiende a tener la boca ligeramente abierta, las orejas hacia abajo y los ojos entrecerrados, tal y como cuando estás enamorado, aunque también es posible que parpadeen con regularidad.
Aunque es evidente que los perros que mueven la cola demuestran su felicidad con este movimiento, también hay otras razones que pueden motivar esta acción, así que lo mejor será que no sólo te quedes con la idea y que prestes atención a la manera en la que se acuesta, ya que esta también puede darte luz acerca de su nivel de satisfacción con la vida; esto en atención a que, un perro que está acostumbrado al amor no teme en echarse sobre su espalda, mostrando así su faceta más indefensa y a la vez, lanzando una indirecta de caricias a los sujetos que se hallen a su alrededor.
Así expresan los perros su felicidad
En general, los perros felices viven con un comportamiento dinámico y activo que los hace parecer unos eternos cachorros. Además no suelen ladrar de forma agresiva, sino que lo hacen de una manera armónica, tal y como si quisieran incluirse en la plática, pues su preocupación no es llamar la atención, ya que esta les sobra y están conscientes de ello, lo cual explica el por qué un perro feliz no es demasiado demandante, inquieto o destructor.
Un lomito contento siempre va a querer pasear contigo, va a alimentarse bien y no temerá en acercarse a las personas, ya que tiene la suficiente confianza como para dejarse amar por los demás y no intimidarse por los nuevos entornos, los cuales explorará y olfateará sin miedo al éxito. Sin mencionar que, mantendrá el contacto visual y dormirá bastantes horas al día, no por aburrimiento, sino porque se siente protegido.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO