En los años 60’s la gente de nivel medio y alto si estaba en una fiesta en viernes con bastante frecuencia alguien proponía; ¡Vá\monos a Acapulco! y salían en coche a manejar siete horas por una carretera zigzagueante, estrecha y regularmente en mal estado.
Eso no era un impedimento, era un reto, no había problemas de inseguridad, ahora es impensable manejar de noche a Acapulco.
Era una joya turística a nivel mundial. En parte por ser el destino más cercano y exótico para los estadounidenses y canadienses que buscaban olvidar los recuerdos de la Segunda Guerra y vivían el crecimiento de la posguerra. Visitado por grandes celebridades, de todo el mundo como un lugar obligado para ir a divertirse tales como: Tom Jones, James Caan, Frank Sinatra, Sammy Davis Jr., Elizabeth Taylor, Sean Connery, Farrah Fawcett.
Todos los visitantes del puerto trataban de asistir a los lugares de moda como: Carlos N’ Charles, el Aku Tiki, al Club de Yates, a discotecas como el Tequila Agogo. Champagne Agogo, El Bocaccio, El Baby’O y el exclusivísimo Armando ’s Le Club donde no entrabas si no conocías a alguien. La ocupación hotelera estaba en promedio arriba del 85%.
Después de la pandemia, la ocupación de Acapulco cayó dramáticamente. Durante 2022 tuvo, de acuerdo con a la secretaría de Turismo, una ocupación promedio de apenas 46.4%, siendo su máximo un pobre 59.5% en diciembre y al momento que el huracán Otis tocó tierra, la ocupación hotelera en la zona dorada y en la zona diamante estaba al 50 %, según Jorge Laurel, empresario hotelero y expresidente de la Asociación Hotelera y de Empresas Turísticas de Acapulco, esta baja ocupación aparentemente es provocada por el temor de los turistas al crimen organizado.
El 25 de octubre del 2023 a las 00:39:00 el huracán Otis, tocó tierra en las costas de Guerrero con vientos de 210 km/h, pegando de lleno en Acapulco como un ciclón de categoría 5 de acuerdo con la escala Saffir-Simpson. Los daños aún no están bien cuantificados, pero, aunque el gobierno federal habla de 27 personas fallecidas, cuerpos de seguridad han reportado un número por arriba de 50, el 95% de los hoteles fueron afectados y cortó los servicios de electricidad, agua y telefonía.
En sus primeras declaraciones, el presidente anunció “Se han perdido las comunicaciones por completo”, sin embargo, dijo que hasta el momento hay saldo blanco, posteriormente dijo “Tuvimos suerte”, “no fueron tantos (muertos)”, “el Creador nos protegió”. La gobernadora Evelyn Salgado dio la cara 48 horas después de la entrada del huracán.
Lo mismo hizo la alcaldesa de la ciudad Abelina López Rodríguez apareció 48 horas después para pedir a la ciudadanía que limpiara las calles.
Ante la falta de asistencia, la población recurrió al robo de alimentos y de electrodoméstico sin el menor escrúpulo, así como de cualquier cosa de valor.
A este comportamiento la alcaldesa le llamó “cohesión social”. Como siempre en México la sociedad civil se organiza para apoyar a sus conciudadanos, pero al llegar a la cercanía de Acapulco, personal del ejército les informo que solo ellos y el personal de la marina, eran los autorizados para entregar las donaciones, esto, aunque tiene su lógica, las organizaciones civiles han optado por ser ellas quienes las entregan porque luego no llegan, y además está el tema de la propaganda política.
Está claro que no tenemos las condiciones necesarias para manejar una emergencia como esta, las autoridades, empezando por el presidente, no tienen ni la menor idea de que hacer antes de que pegue un huracán, los edificios, como sucedió en la Cd. de México en 1985, no están construidos para soportar un evento de este tipo y no hay planes claros implementados con la población para minimizar los daños.
Habrá que atender a toda la gente que quedo sin hogar y sin trabajo y llevar a cabo acciones para reparar toda la infraestructura hotelera, hay que tener en mente que los más de 800 mil habitantes de Acapulco dependen de la industria turística.
Recuperarse va a requerir mucho dinero, mientras tanto habrá que ver como va a vivir la gente, para el crimen organizado será una oportunidad de oro de reclutar adeptos.
El secretario de Hacienda irá en estos días con el fin de organizar el rescate de Acapulco, esperemos que lo haga eficazmente.
Este es el verdadero desastre; que no tenemos planes de preparación, manejo de la emergencia y recuperación , ni tampoco recursos asignados para minimizar los efectos de estos fenómenos, y lo que había, el fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden), el presidente lo desapareció, por ello el costo va a ser tan alto. Tampico-Madero y Altamira, están en la misma situación, la cultura popular dice que nos protegen los extraterrestres. Ojalá nunca nos enfrentemos a una situación de estas. La vamos a sufrir enormemente.




