5 diciembre, 2025

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Celebrando el día de muertos

EL FARO / FRANCISCO DE ASÍS

!Que estupidez!, mira nomás, dizque hoy es día de los muertos, ¿a quien se le ocurre tener un día para los muertos?, mira toda la gente anda como loca arreglando altares y ofrendas para ponerlas en el panteón o en su casa, ¿Qué caso tiene?, esos ya están tres metros bajo tierra, ya no van a regresar, se los comieron los gusanos y se volvieron tierra, un día perdido -le decía Juan a Felipe. Felipe le contestó:
-Son creencias Juan, que vienen desde nuestros ancestros, dicen que desde hace más de quinientos años, desde siempre la gente hemos tenido un gran respeto por la muerte y el más allá. Son dos días, porque acuérdate que el día primero es de los Santos Inocentes, donde se recuerda a las personas que murieron siendo niños. Pero ¿no crees que es importante que te acuerdes de a gente que te quiso que quisiste, de les demuestras que no los has olvidado?
-No Felipe, son cosas de gente ignorante que no tiene otra cosa en que pensar y en que entretenerse. A ver, les ponen altares con flores y comida dizque para que el día de muertos regresan y a ver ¿Cuándo se han comido lo que les ponen?, ¡Nunca!
– ¡Mira Juan que bonitos están esos altares! Con tamales, pan de muerto, manzanas, peras, calaveritas de azúcar, aquel tiene hasta un pozole, tequila, flores, todos con cempasúchil, velas, retratos de las personas a quien están venerando, la persona de aquel altar a de haber sido revolucionario porque le pusieron un 3030 ya viejo. ¡Mira aquel es de siete pisos!
– Pues sí, muy bonitos, pero inútiles. Mañana ya quitan todas las cosas y las tiran, entonces ¿para que sirvieron?
-Bueno, es que según la tradición es el día de hoy, el dos de noviembre cuando se pueden comunicar los vivos con los muertos y se les ayuda a llegar al Mictlán, Xilababá o el Purgatorio, y se les ayuda en ese viaje. Además, la muerte nos va dejando señales sutiles y a veces no tan sutiles a lo largo de nuestra vida. Sirven para que recordemos que no estaremos aquí para siempre y que debemos estar preparados para cuando llegue el momento.
-¿A poco me quieres decir que la muerte nos manda mensajes antes para prepararnos? -peguntó Juan.
– Ciertamente, pero no saben cómo descifrarlos y por eso causa tanto dolor cuando llega. Por ejemplo: enfermedades, accidentes o sucesos que ponen en peligro la vida. ¿No has oído de la gente que tuvieron un viaje donde regresaron de la muerte?, ¿Qué vieron una luz brillante al final del túnel después de haber sufrido un ataque cardiaco, y que recuerdan lo que paso en ese lapso? pero no aún la gente está viva, De hecho, la tradición nos dice que muchas veces está al lado nuestro, pero no la sabemos reconocer- contestó Felipe.
-Pues yo te digo que esas son tonterías, gasto de tiempo, dinero y esfuerzo para justificar que si quisieron a sus familiares, aunque cuando vivían ni volteaban a verlos. Conozco casos en que ni las medicinas les compraron antes de morir. ¡Hipócritas!
-Te voy a contar el cuento tradicional del oriente medio se llama “Cuando la muerte llegó a Bagdad”.
“El discípulo de un sufi (sabio místico) de Bagdad se encontraba en el rincón de una posada cuando oyó a hablar a dos personas, de su conversación se dio cuenta que uno de ellos era el Ángel de la Muerte”.
-Tengo que hacer varias visitas en esta ciudad durante las próximas tres semanas -le decía el ángel a su compañero
Eso aterrorizo al discípulo, se escondió hasta verlos partir, e inmediatamente fue a un establo para alquilar un caballo, el mas veloz que estuviera disponible, al que espueleó día y noche hasta que llego a la alejada ciudad de Samarcanda.
Mientras tanto la muerte se encontró al maestro sufi y hablaron sobre diversas personas, entre ellas le pregunto por ese discípulo a lo que el maestro contestó:
-Debe estar en algún lugar de esta ciudad empleando su tiempo en contemplación, quizá en la posada.
-Que extraño -contestó la muerte- porque lo tengo en mi lista y tengo que recogerlo dentro de cuatro semanas, pero hasta Samarcanda”.
-¿Entendiste el mensaje? -le preguntó Felipe a Juan.
-Si, que cuando te toca te toca. Pero eso no les quita lo hipócrita ni me demuestra que los muertos van a regresar a los altares el día de muertos.
-Tienes razón -dijo Felipe- bueno, basta de tanto platicar y acompáñame que vine por ti para que vieras el altar que hicieron para ti.

POR FRANCISCO DE ASÍS

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