A lo largo de su vida, Jesús Guerrero ha dejado huella en diferentes instancias, como atleta, entrenador de campeones de marcha y atletismo, animador en los partidos de Correcaminos, sobador, masajista, padre de familia, haciendo pan y hasta ayudando a erigir varias de las esculturas que se ubican en el emblemático Paseo Méndez, de su natal Victoria.
Durante el presente año quien es conocido como “La Chana”, ha vivido momentos complicados por problemas de visión, desde hace más de medio año, ha tenido que peregrinar por hospitales y consultorios, en busca de su salud.
“Amanecí el sábado 1 de Julio para irme a una carrera, sentí todo borroso, se me cayó el párpado de un ojo, ese día mi familia y yo íbamos a ser jueces en la carrera de la CMIC, le dije a mi esposa que me pusiera gotas y me diera agua, yo creía que era deshidratación y así nos fimos a la carrera”.
Revela que al llegar al lugar ya no podía ver nada con un ojo y se comenzó a sentir más mal, por lo que la mamá de un niño lo llevó al Hospital General.
“Ahí me inyectaron, pero no me sirvió mucho, el lunes me fui a entrenar y me volví a sentir mal, ahora me llevaron al Hospital Civil, me sentí un poco bien, pero el Martes ya no aguanté, me puse peor, se me subió mucho la presión y otra vez al Hospital…” Con un semblante serio, indica que en el nosocomio los doctores hablaron con él y le indicaron que le pudo haber pasado algo muy grave, pero gracias a su condición física, “la libró”, “Yo me cuido bastante, casi no me desvelo, mucha gente cree que tomo, pero no…”.
“…Estuve internado en el Hospital Civil, yo no miraba nada, me mandaron muchos estudios y medicina; el internista me dijo que sí hubo, pero no fue mucho daño en la cabeza, fue más del oído al ojo y fue por el lado neuronal”.
“Van seis meses de recuperación, me falta muy poquito, no ando al cien, pero gracias a Dios ya ando caminando, antes no lo podía hacer porque no miraba, no estoy al cien por ciento pero ya estoy mejor”.
Pese a todo lo difícil que vivió, también tuvo motivos para sonreír, y es que se dio cuenta de todo el cariño que le tienen, pues hasta “Me depositó dinero gente que yo no conozco, fue a visitarme al hospital gente que va a entrenar al estadio, no conmigo, pero van, y me fueron a visitar”. “Mi familia siempre me ha apoyado, quiero agradecer mucho al Doctor Américo, al Doctor Vicente, a todo el Hospital Civil, el General, al INDE, no quiero decir nombres por qué se me va a olvidar alguno, pero no me voy a cansar de agradecer a toda la gente que me ayudó en este momento”.
Al cuestionarle si estaba listo para volver a sus actividades, fue honesto y detalló que “Necesito recuperarme al cien, por qué tengo que andar corriendo, espero recuperarme al cien por ciento y ojalá haya Chana para rato”.
ASÍ SE HIZO “LA CHANA”
Jesús Guerrero tuvo la fortuna de nacer y crecer a un costado del Estadio Marte R. Gómez, en una vecindad ubicada frente a la cancha Enrique Borja. Ahí era vecino de Doña Chanita, situación por la que un día, otros vecinos, queriéndole hacer una broma, le comenzaron a decir “Chana”, y se le quedó.
Para entrenar se pasaba por abajo de la malla, con tal de no darle la vuelta al Estadio y se ponía a correr en la pista de tierra desde antes de los nueve años. “Yo corrí y caminé bastante tiempo y nunca me lesioné, corría descalzo, no tenía tenis, me regala ban tenis pero no me hallaba, estuve incluso entrenando en el Comité Olímpico en la Ciudad de México”.
“Yo tuve dos profes que me enseñaron a correr, el profe Cecilio Becerra, Villasana y Omar Galán, de este último fui su ayudante en su taller de artes plásticas, el monumento de los niños que está aquí, yo hice toda la estructura.
También hice la estructura del monumento a la madre, yo también pintaba y les ponía sombra”. Profundizando en el tema de los oficios que ha tenido, cuenta que “también fui panadero con Don Roberto Martínez, el de la Panadería México, ahí viví 25 años, me crié con ellos, yo hacía pan”. Tras destacar como atleta, se convertiría en entrenador, eso desde hace más de 50 años, lo ha sido con muchas generaciones de atletas, especialmente con los de marcha, disciplina en la que ha formado varios campeones nacionales.
Cómo por ejemplo la maestra Rosa Elvira que ha acudido a siete Mundiales o Juan Martín Lara, con quien en el 2005 asistió al Mundial que se disputó en Marruecos.
Juan Martín rompió cinco veces el récord nacional en su categoría; actualmente uno de sus pupilos es el campeón Nacional de Institutos Tecnológicos, Adán Ledezma, así como Merlin Vera, quien es quinto lugar Nacional, “Del nor te somos los buenos en esa categoría, estamos agarrando buen rumbo”.
LA CHANA Y EL FUTBOL
Otra cosa que le apasiona, es el fútbol y lo ha vivido casi que desde adentro, pues desde que era muy joven, convivía en el vestidor del Marte con los jugadores de Cuerudos, a quienes les boleaba los tachones. “Luego en Correcaminos andaban buscando una botarga, estaba Armando Arce, y me llamó, me dijo que si podía ser, me la entregó y ya fui la botarga”.
Pero su historia con el equipo naranja va mucho más para atrás, pues “La Lila fue un amigo mío, él también caminaba, un día me dijo que hiciéramos algo para que la gente se animara en el Estadio, me dijo que me pusiera una peluca y un vestido y la fuimos a rebanar, la gente me seguía bastante”. “Un día antes del partido corrí como siete kilómetros, andaba por todos lados, había gen te que me decía que si yo no llegaba no había ambiente, y unos decían que iban al estadio sólo por ver a La Chana”.
“Una vez Correcaminos no ganaba, me dijeron que fuera a barrer la portería, yo andaba bien cansado, venía llegando de México, venía el Atlante al partido…” “…Le dije a mi señora que juntara un incienso, agarré unas ramas de los árboles, basura, papeles y cerillos, me fui al estadio; comencé a barrer la portería del lado de Carrera, era una ocurrencia y ya para acabarse el juego, al minuto 45, penalti en esa portería, el balón pegó en el poste y se metió, justo como yo barrí…”.
En la noche salió el video en un programa de deportes de México, decían que Correcaminos tenía un brujo, desde ahí cada que iba y decía el marcador, le atinaba”. Guerrero se abre y confiesa que “Cuando me preguntan a quien le voy, yo digo que soy del norte y le voy a Tigres, porque ellos le ganaron a Correcaminos, yo veo a Tigres como Correcaminos”. Y no lo duda ni un momento, “La final del día de hoy la va a ganar Tigres”, pero un triunfo de ese equipo no es su mayor tesoro, lo más preciado son “su esposa Marta, sus hijos Jesús, Humberto y Areli, así como sus nietos Joselín, Martita, Daniela, Lizbeth, llareli y Jacquesel, ellos para él, son lo más valioso.
POR DANIEL RÍOS