Todavía ni siquiera están definidos todos los personajes que aparecerán en la boleta electoral este año, pero las campañas de odio ya están a todo lo que dan.
Quién sabe si sea por nervio, ansiedad de no saber cómo se darán las cosas, el miedo de quedar fuera, o de plano no sentirse capaces de ganar la contienda electoral, pero las campañas de odio se ven de todos los colores.
Razón por la que a ciudadanía debe estar muy atenta, ver quienes le están apostando a las campañas de odio y quienes se conducen, aunque sea, con un poco de honestidad, para no caer en el juego, porque al final, el pueblo es el que termina pagando los platos rotos. Los políticos después de las elecciones se arreglar y los de a pie solo quedan señalados, exhibidos.
Ya estamos en el umbral de las campañas políticas y todos debemos estar preparados emocionalmente, los candidatos por aquello y se lleven sorpresas y los ciudadanos para soportar los bombardeos publicitarios de partidos políticos y sus abanderados.
Más allá de eso, igual debemos estar preparados para analizar bien que hay detrás de cada candidato, que les respalda, quien tiene capacidad para legislar, y gobernar sus municipios, correctamente y sobre todo si son capaces de hablarle a la gente de frente, que den confianza.
Y lo más importante, debemos estar bien preparados para poner todo en su justa dimensión y entender que más allá de la política está la amistad y la familia.
Está visto que muchas veces en los procesos electorales se pierden amistades y distancian familiares por discrepar en ideologías o se apoya a tal o cual candidato o candidata.
Recordemos que las campañas son de momento, los que ganan o pierden son los candidatos, las familias son para siempre y deben estar sobre cualquier ideología política o compromiso de campaña.
Cada quien tiene derecho de participar con quien quiera, está en los partidos o con los candidatos que le simpaticen o le convengan y eso se debe respetar en la familia, con los amigos y hasta en los institutos políticos.
No debe acabar la política con las grandes amistades, menos distanciar familias donde en ocasiones los integrantes tienen preferencias electorales distintas, todas se deben respetar.
El comentario anterior es porque seguramente en la próxima contienda electoral se verán personajes muy identificados con un partido político apoyando a un candidato o candidata de otro color porque es familiar o hay gran amistad, es válido, no se le debe criticar ni fomentar odios, la familia es primero.
Para nada es bueno que se fomenten las campañas de odio en la familia ni con los amigos, ya bastante tenemos con verlas entre los aspirantes a un puesto de elección popular.
Si se tiene preferencia por tal o cual candidato, sin importar el partido político, lo que se debe privilegiar es la amistad y más los lazos de sangre.
Tampoco es bueno que entre los ciudadanos se fomenten las campañas de odio, lo mejor es, sin rencores, ver quien es la mejor opción, que candidato tiene conocimiento, capacidad y voluntad para por el pueblo trabajar.
Es un hecho que en las próximas campañas electorales se verá de todo, sobrarán las acusaciones de unos para otros, sobre todo de los que van rezagados, los que están ciertos que no ganarán y a lo único que le apostarán es a la desacreditación de quienes tienen todo para levantarse con la victoria.
No faltará quien señale o exhiba a personas que militan o militaron en tal o cual partido político y anden apoyando a determinada o determinado candidato sin detenerse a pensar que puede ser por la gran amistad o un asunto de familiaridad y ahí no hay nada que cuestionar.
En fin, el caso es que pronto la autoridad electoral dará la voz de arranque, a territorio saldrán los candidatos para conquistar o refrendar la confianza ciudadana y se espera que las próximas campañas electorales sean de respeto, que no se fomenten más odios.
Ojalá los ciudadanos seamos conscientes y sin importar cuál sea la ideología política o los candidatos de nuestra preferencia, privilegiemos la amistad, la unión familiar, la familia es para siempre y los amigos se deben conservar, recordar siempre que nada bueno traen las campañas de odio.
POR ROSA ELENA GONZÁLEZ
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