El 19 de marzo el diario Reforma publicó en su primera plana los resultados de su encuesta realizada en viviendas a través de una boleta electoral simulada en la que los entrevistados respondieron a la pregunta: Si hoy hubiera elecciones para Presidente de la República, ¿por quién votaría? Y los resultados fueron CLAUDIA SHEINBAUM 58% XÓCHITL GÁLVEZ 34% y MÁYNEZ 8%
El asunto no tendría la mayor importancia si se hubiera tratado de cualquiera otra encuestadora, pero tratándose de la de Grupo Reforma provocó intensas reacciones entre quienes militan en la derecha opositora, desde el estupor y la incredulidad, hasta la ira y el desaliento. Hubo quienes cuestionaron al medio y rebuscaron en los antecedentes de la empresa algún rastro de claudicación en su postura anti AMLO y anti 4T.
Todo tiene que ver con el hecho de que Reforma y El Norte, sus dueños y directivos, sus columnistas y articulistas, se han convertido en la voz de la oposición, es el medio de confianza que los representa plenamente y que articula con claridad y firmeza el pensamiento de la clase media opositora. Por eso, si la encuesta de Reforma dice a 8 columnas en la primera plana: PUNTEA CLAUDIA cuando faltan 75 días para la elección de presidente, se genera una sensación de que todo está perdido.
De nada han servido la Guerra Sucia y los chismes recomendados por el gurú, de nada ha servido decir que es una elección de estado y que el Presidente ha comprado el voto a través de los programas sociales, porque están tan arraigados y bien aceptados que Xóchitl tiene que firmar con su sangre la promesa de que no los va a tocar.
Ha sido inútil decir que AMLO es un narco presidente y Claudia una narco candidata, porque nadie olvida que Felipe Calderon empezó la guerra al narco y está probado en una corte de los Estados Unidos que puso en manos de los narcos la estrategia para combatirlos.
Ni aumenta ni se expande la violencia extrema que desgraciadamente hay en algunos municipios muy localizados de Guerrero, Michoacan, Jalisco, Sinaloa, Zacatecas y el norte de Tamaulipas, repetir sistemáticamente esas malas noticias en los medios y las redes sociales no hace que aumente ni se expanda la violencia al resto de los 2 mil 469 municipios de la república.
Tampoco tiene ningún caso seguir diciendo que el Presidente López Obrador daría un golpe de estado para no reconocer la derrota de Claudia Sheinbaum, si la encuesta del diario de mayor credibilidad para la clase media opositora dice que va ganando con un margen amplísimo.
Ahora tratan de infundir temor diciendo que ésta elección definirá lo que va a pasar en el país en los próximos 30 o 40 años, cuando todos los electores saben que el 2 de junio van a decidir quién será la presidenta de la República, los diputados y senadores, 9 gobernadores, 1850 presidentes municipales y sus ayuntamientos y los legisladores de los estados y todos ellos van a ejercer sus cargos por 3 o 6 años. Nada menos y desde luego, NADA MÁS.
Nadie a cambiado la Constitución, ni las autoridades, ni las leyes electorales, son las mismas que sirvieron para regular y validar el proceso electoral de 2018 y 2021, son las mismas que rigen el actual proceso electoral y son las mismas que garantizan la legalidad y la legitimidad de los resultados de las elecciones del próximo 2 de junio.
Queda en el aire la pregunta, ¿tendrá la candidata perdedora la honestidad y la civilidad política necesarias para levantarle la mano y reconocer el triunfo de su contrincante la noche del 2 de junio?
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ