ALTAMIRA, TAMAULIPAS.- Los habitantes de los ejidos de Altamira que dependen de las presas solamente tienen agua para 15 días.
En el ejido José María Morelos, las 400 no hay infraestructura de agua potable, solamente existe una presa comunal que está al 5 por ciento de su capacidad.
“Se ha venido agudizando y esto ya no es nuevo, en los últimos cuatro años la escasez de agua ha sido muy marcada en la zona rural, es un problema muy grave”, dijo el ex dirigente de la CNC y residente de la comunidad, Nicolás Mejía Castillo.
Considera que esté 2024 ha sido el más complicado, ya que el acumulado de agua ha sido mínimo por las lluvias escasas, “lo que ha caído ha sido insuficiente para que se pueda almacenar agua en las presas”.
Destacó que la mayoría de las presas del ejido están secas, algunas particulares están al 10 o 15 por ciento.
“En el ejido tendremos agua para unos 15 días más, hablando del uso doméstico, ya que tenemos un sistema de agua que es propio, no pertenece a Comapa y tenemos agua de una presa comunal, siempre ha sido así el suministro desde el 2007 aproximadamente”.
A través de pipas es como las autoridades envían agua a las comunidades que lo requieran y en lo que llegan las lluvias, se realiza el desazolve de las presas.
“La presa está en un 5 por ciento, a lo mejor tenemos agua para unos 15 días más y hasta que vengan las lluvias vamos a batallar con el vital líquido”.
Nicolas Mejía Castillo, añadió que nunca habían enfrentado una crisis de agua tan severa como la actual “y si terminamos este mes con agua o inicios de abril ya es bastante, vamos empezar a sufrir de desabasto”.
En el Ejido Benito Juárez, se presenta una situación similar, la presa comunal que fue construida hace 50 años está por secarse.
A pesar de que los habitantes cuentan con infraestructura de agua potable, mencionaron que cuando se presentan los cortes acudían a la presa.
En el Ejido Santa Juana, uno de los más alejados de la cabecera municipal, los pobladores deben madrugar y hacer fila en los pozos para poder sacar agua.
La comisariada ejidal, Concepción García Lemus explicó que en los tractores y camionetas colocaron recipientes para llevar agua al poco ganado con el que se quedaron.
Se ha vuelto costumbre que antes de las 5 de la madrugada, los habitantes ya estén formados en los pozos
«En el rancho la situación está complicada, las presas están secas.y tuvimos suerte, algunos tuvimos suerte de acomodar nuestros animalitos a un precio razonable, pero ahorita ya están a un precio muy bajo”.
Afirmó que tuvieron que construirse dos pozos amplios para cubrir la demanda de las familias, los que había eran insuficientes.
“En un inicio no daban capacidad, apenas llenaba una persona y el agua se acababa y teníamos que esperar 15 minutos para que agarrara agua y nuevamente hacer el proceso de llenados, era muy lento todo”.
A decir del Comité Campesino de la CNC en Altamira, de las 300 presas comunitarias que se tienen en los ejidos, el 50 por ciento están secas desde hace varios meses, mientras que la otra mitad tienen muy poca agua.
“Hay presas bajas y otras secas, algunas con muy poca agua y otras definitivamente secas, van a aprovechar más para que la máquina pueda desazolvar más”.
Algunos productores se ven en la necesidad de comprar pipas, el agua la usan para el ganado o regar algunos cultivos.
Por. Óscar Figueroa
Expreso-La Razón