En el marco del mes del niño y de la niña, cabe cuestionarnos sobre el papel de la familia como garante de sus derechos consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), instrumento internacional que, en su preámbulo subraya la responsabilidad primordial de la familia en la protección y la asistencia de las niñas y los niños, la necesidad de una protección jurídica y no jurídica, antes y después del nacimiento.
Además, reconoce que, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, las niñas y los niños deben crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión. Lamentablemente, no todas las familias brindan esas condiciones ideales.
Según la Secretaría de Salud federal, entre 2019 y 2022, 22 mil 684 niñas, niños y adolescentes fueron atendidas por violencia familiar en hospitales del país; del total de las víctimas, el 88.9 por ciento eran mujeres, mientras que el 11. 1 por ciento eran hombres.
Aun cuando, la población adolescente reporta el 81.3 por ciento de los casos de violencia familiar; las niñas y niños sumaron un 18.7 por ciento, donde 2 de cada 3 niños y niñas tenían entre 6 y 11 años.
Por entidades federativas, en 2022, las más violentas fueron el Estado de México, Guanajuato y Veracruz, con un 20 por ciento, 14. 1 por ciento y 8.3 por ciento del total de las víctimas de la violencia familiar, respectivamente.
En cuanto a la situación en Tamaulipas, el informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública, de febrero de 2022 a enero de 2023, señala que se registraron 9 mil 859 llamadas al 911 relacionadas con violencia familiar, de las cuales, el 42 por ciento correspondió a violencia de pareja.
Los datos desagregados por municipio reportan que Reynosa, Victoria, y Matamoros encabezan la lista con la mayor cantidad de casos de violencia familiar, con porcentajes del 21, 19 y 13 por ciento, respectivamente; seguidos por Altamira con 3,716 casos (12%); Tampico: 3,053 casos (10%); Ciudad Madero: 2,357 casos (8%); Nuevo Laredo: 1,581 casos (5%); Río Bravo: 880 casos (3%) y El Mante con 663 casos (2%).
Esta información subraya la necesidad de multiplicar las acciones para abordar la violencia familiar y proteger a las víctimas, especialmente, a niñas y niños.
Sin amor, comprensión y felicidad, la familia nunca será garantía para el ejercicio de sus derechos y, por ende, tampoco el mejor lugar para su sano desarrollo.
¿Usted, qué opina?
POR NOHEMI ARGÜELLO SOSA