Con diferencias que oscilan entre 17 y 25 puntos, la candidata presidencial de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, Claudia Sheinbaum Pardo llegó como la gran favorita al segundo debate de aspirantes que organizó el Instituto Nacional Electoral (INE).
Dependiendo de la casa encuestadora a la que cada quien quiera referirse, la ventaja de la abanderada oficialista es bastante holgada y eso tiene una explicación multifactorial. Eso es claro.
Por un lado, la obvia fortaleza que representa ser la candidata del partido en el poder, la robusta estructura territorial, la ventaja de operar un vasto entramado de programas asistenciales y la natural alineación de grupos de poder político que por convicción o conveniencia le han dado su respaldo con anticipación.
En contraparte, la candidata opositora Xóchitl Gálvez llegó al segundo debate en una posición de desventaja en todas las mediciones conocidas, aunque la diferencia ante Sheinbaum es variable.
También, con la expectativa de ganar puntos en la percepción ciudadana y con la ventaja de poder aglutinar a quienes se oponen al estilo de gobierno de Andrés Manuel y a los desencantados.
Alrededor de todo esto, está la participación que directa e indirectamente ha tenido el presidente López Obrador, interviniendo con sus comentarios, críticas y espaldarazo a Claudia y a su partido, se ha convertido en un jugador protagónico en este proceso electoral.
¿Y Jorge Álvarez Maynez? El candidato de Movimiento Ciudadano entró como emergente cuando Samuel García no pudo resolver el tema de su sucesor temporal en el gobierno de Nuevo León.
Álvarez no ha podido -y ya no lo hará- quitarse la etiqueta de ser comparsa del oficialismo, a pesar de que algunas de sus propuestas son interesantes, de que su juventud sea una ventaja cuando se evalúan la trayectoria y los vicios de las candidatas con mayor tiempo en el servicio público.
Con este contexto como antecedente, ver a los tres aspirantes en el debate realizado anoche por el INE no puede más que confirmar que quienes tienen definida la intención de su voto no la cambiarán.
Sin embargo, los segmentos de indecisos y de quienes no han querido manifestar sus inclinaciones se mantienen como los grupos a los que le van a apostar Xóchitl y Álvarez para tratar de ganar más puntos.
Morenistas, panistas, priístas, petistas, verdes y naranjas tienen sus propias versiones acerca de quién ganó. Los que no han mostrado todavía una inclinación por alguno de ellos son el objetivo a partir de ahora.
Como decía después del primer debate: La valoración que cada quien hace del desempeño de los candidatos depende de una visión subjetiva, muchas veces influenciada por las filias y fobias.
Así, es natural leer, escuchar o ver intervenciones y opiniones sobre el presunto triunfo de uno y otro aspirante, como si el debate se tratara de una competencia, cuando en realidad es un ejercicio -insuficiente aún- de presentación de propuestas de las y los candidatos.
Pero dar por ganadora o perdedora a alguna de las candidatas, porque a Jorge Álvarez nadie le da ese carácter, es tan aventurado como decir que la carrera ya se definió anoche.
¿Quién ganó en la percepción ciudadana? Insisto: La lectura que cada uno le dé a la intervención de su candidata o candidato es distinta. Y respetable, porque también cada quien tiene derecho a creer que su favorito triunfó en el ejercicio de anoche.
Entre las cosas rescatables estuvieron las propuestas que presentaron, sobre todo Álvarez. También, los resultados que enumeró Sheinbaum durante su gestión al frente del gobierno de la Ciudad de México y los planteamientos de Xóchitl en materia de desarrollo económico y apoyos sociales.
Sí, se quedaron muchas preguntas sin responder, dudas sobre varios temas y por supuesto, de las acusaciones que se hicieron entre ellos y sobre las numerosas fallas del actual gobierno federal en materia de seguridad, sobrecosto en obras, así como de la falta de medicamentos y deficiencias en el sistema nacional de salud.
La realidad es que el segundo debate sirvió para afianzar las preferencias de quienes ya definieron su voto y para ir moviendo la opinión de los indecisos en torno a quien pueda avanzar.
Quizá hoy más que nunca, la sensación es que los debates deberían ser un ejercicio más frecuente, con un formato más flexible y con la posibilidad de que las candidatas y candidatos tengan la responsabilidad de contestar los cuestionamientos que se les hagan.
Eso ayudará a aclarar muchas cosas, despejar dudas, a tener más información de cada aspirante y a ir ejerciendo el derecho a saber lo más posible de quienes buscan la Presidencia o cualquier otro cargo de elección popular.
CHUCHO, EL FACTOR QUE HACE LA DIFERENCIA
El candidato de la coalición “Fuerza y Corazón por México” a la diputación federal por el distrito 8, Chucho Nader se ha convertido en un factor importante en la definición de los comicios en esta zona.
Nader ha sido calificado por los ciudadanos como el Alcalde Mejor Evaluado del país en los últimos cinco años, además, Tampico es una de las pocas ciudades de México con mejor percepción de seguridad y esos son elementos que sirven para apuntalar la buena imagen que tienen los candidatos del PAN a la Alcaldía, las diputaciones locales y la federal.
Chucho, como cabeza de la fórmula y los resultados del PAN en el gobierno de Tampico, son dos factores importantes en esta competencia que van a influir en la marcha de la elección.
ESCOTILLA
Después del segundo debate de los candidatos presidenciales algo queda claro: La narrativa que machaca el mensaje de que los candidatos opositores son “del PRIAN” y que representan lo peor que le ha pasado al país, ya es inútil.
En su crecimiento como partido, el movimiento fundado por López Obrador ha hecho lo que considera necesario para ir ganando espacios, recibiendo, protegiendo y hasta favoreciendo a priístas y panistas. Muchos son candidatos y candidatas actualmente, en todo el país.
El discurso contra el PRIAN es mediáticamente ruidoso y atractivo, pero la realidad misma lo vuelve peligroso para el morenismo, alimentado y sostenido por priístas, panistas y hasta verdes.
Por. Tomás Briones
abarloventotam@gmail.com