México vive la madre de todas las batallas, misma que ha culminar el 2 de junio con el triunfo de Morena. Es lo que deseamos todos(as) los(as) que creemos en la democracia y justicia social. No podrá ser de otra forma después de la experiencia de la 4T cuya etapa más importante fue realizada por Andrés Manuel López Obrador y sin duda continuará Claudia Sheinbaum.
Es el cambio generacional al que la ultraderecha teme porque sabe que el próximo sexenio quedará sepulta la tendencia corrupta y saqueadora que dañó la república al grado de enajenar bienes y recursos naturales en exclusivo beneficio de la minoría oligarca y traidora. Pero como nada es para siempre ahora está frente a la realidad impuesta por la fuerza mayoritaria.
Hay que insistir en que la elección que se avecina es mero trámite por el triunfo irreversible de la ex Jefa de gobierno de la CDMX. La verdad es que ninguna grosería, insulto o ataque a la privacidad y derechos humanos de parte de Xóchitl Gálvez y el bloque conservador, lograrán cambiar el curso de la historia. De ahí la desesperación de quienes se quedaron con la idea de que la nación les pertenecía.
En este sentido el columnista lamenta que los culpables del desastre todavía se encuentren en libertad disfrutando, incluso fuera del país, el dinero público robado, como sucede con Ernesto Zedillo, Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y muchos otros escudados en la decisión presidencial de no enjuiciar a la delincuencia de cuello blanco. Sin embargo, es de confiar que doña Claudia atienda el clamor popular actuando en consecuencia. ¿Acaso no aplaudiríamos el combate a la impunidad de alto nivel que sirviera de escarmiento y ejemplo mundial?
La candidata de la alianza maldita PRI, PAN, PRD, tendrá la última oportunidad de mostrar su carencia de oficio político y desde luego el lenguaje lumpen que la caracteriza, durante el tercero y último debate del próximo domingo, pero por más fuertes que sean sus expresiones obsesivo-compulsivas contra Sheinbaum y AMLO nada cambiará el destino manifiesto de una nación en pleno rescate de su dignidad y patrimonio.
Por supuesto doña Claudia heredará problemas todavía sin solución. El de la inseguridad, por ejemplo. En este caso no es secreto que por diversas causas en algunas regiones es grave de toda gravedad pese a los esfuerzos oficiales que en opinión de quien esto escribe, no han sido suficientes por incapacidad de algunos funcionarios(as). Ya se ha dicho aquí que tal vez Rosa Icela Rodríguez no sea la secretaria de Seguridad ideal para las circunstancias que vive México. Incomprensible que AMLO la haya mantenido en el cargo cuando los avances han sido mínimos o, mejor dicho, imperceptibles. Y ni modo que sea invento. Lo mero bueno es que pronto habrá cambio de gabinete.
Quedamos en que la guerra electoral que vivimos es la más importante de los últimos tiempos con dos grandes contendientes: una fiera herida de muerte que es la ultraderecha y la 4T que se alza con la victoria anticipada por efectos del apoyo mayoritario hacia Morena.
SUCEDE QUE
Ausente Carlos Mora García de la UAT, ¿las acusaciones contra ex funcionarios seguirán curso normal?, ”chulada” por ahí te buscan y también a tu primo…Nada que ver con que Arnulfo Rodríguez Treviño y Lucía Aimé Castillo ensayan su mejor sonrisa para el obligado encuentro con motivo del Día del Maestro. Si es que se saludan si no, psss no…Dicese de Edgardo Melhem Salinas que es quien mueve a productores agrícolas adheridos al PRIAN que les da por cerrar carreteras nomás por hoder, sea que “tira la piedra y esconde la mano”… Por otra parte, acorralada como se encuentra, la oposición ya mostró que es capaz de todo. De ahí que crezcan las sospechas respecto de que podría ser culpable de algunos serios problemas que dañan a la población: los incendios forestales se multiplican justo en época electoral al igual que los “apagones” y atentados políticos. ¿No le parece raro?.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA