CIUDAD VICTORIA, TAM.- Chino trabaja en una refaccionaria desde hace mas de 15 años. Con esa chamba ha podido sacar adelante su hogar y darles estudios a sus dos hijos.
Salvo don Carlitos, es el empleado mas antiguo de la empresa. Todos los que laboran ahí saben que Chino es el ‘master’ de la bodega, es decir, puede recitarte de memoria en qué anaquel o área se encuentra cierto repuesto o pieza y hasta de qué marca y modelo.
Cuando Chino ha llegado a faltar al trabajo, lo cual ha sido pocas veces y por enfermedad, sus patrones han tenido que llamarle al celular para corroborar uno que otra información que ni en las computadoras está registrado.
Hasta hace unos cuantas ‘vueltas al sol’ los patrones de Chino siempre les habían festejado aniversarios de la empresa y navidades: en cada posada nunca faltó el tradicional discurso en que el mero mero les reafirmaba su agradecimiento y que dueños, administradores empleados y demás eran ‘una verdadera y gran familia’, aunque poco antes de la pandemia las cosas empezaron a cambiar y los festejos y regalos navideños cesaron.
Esto fue fácil de asimilar para el personal de la refaccionaria, sin embargo ha habido un par de irregularidades que causaban mucha grilla entre los empleados, la empresa nunca les ha pagado dos cosas: la prima dominical y tampoco ha repartido utilidades.
Como cada mes de mayo, por los pasillos del negocio suele correr el rumor de que este año sí repartirán utilidades, lo cual provoca cierto nerviosismo e ilusiona a todos por ahí.
La primera mitad del mes todos viven una práctica ‘cuenta regresiva’ para ver si en el pago de esa quincena les depositan su lanita, pero tristemente, no es así. – Siempre nos hacen lo mismo compi – contaba Chino al Caminante – nos ilusionan los rumores y al final nomas nos dan pura mazacuata. –
¿Entonces nunca les han repartido utilidades en esa refaccionaria? – preguntó el vago reportero. – Jamás de los jamases. Una vez un viejón de los que iniciaron ahí se atrevió a preguntar y a la semana siguiente le entregaron su finiquito y le dieron las gracias, o sea lo corrieron nomas por eso. – Tsss… que mal pex – Y desde entonces nadie se atreve a preguntar por las utilidades, aunque una vez, un chavo que estaba haciendo prácticas en el departamento de administración le preguntó al ‘conta’ si podía también ayudar en eso, tu sabes, ‘pa’ agarrar experiencia’ y le dijeron que no, que esa empresa no tenía utilidades.
– ¿Y de verdad no tenía utilidades? – ¡Como shingaos que no! ¡si el patrón estrena carro y camioneta cada dos años, y se compró un departamento en playa Miramar! – ¿Entonces porqué no se mocha con las utilidades? – Pues porque nadie se las exige, todos somos bien agachones por miedo a que nos corran de la chamba.
– Pero esto se puede denunciar de manera anónima, por ahí luego te paso los contactos por correo electrónico y de teléfono a los que puedes comunicarte. – Oye y por ejemplo a mi esposa que trabaja en una tienda, cada que es tiempo de pagar utilidades, se suelta el chisme de que no hubo utilidades y que les van a dar ‘algo simbólico’ – preguntó el Chino.
– Efectivamente es puro chisme, la ley dice que el patrón debe repartir el 10 por ciento de las utilidades netas, es decir, si en el año ganó un millón de pesos netos, debe mocharse cien mil volovanes entre los empleados, no es que quiera repartir lo que se le antoje, es lo que dice la Ley Federal del Trabajo. – Y si los atora la autoridad por no repartir utilidades, ¿si les ponen multas?
– ¡Multones! según la ley son sanciones de 50 a 5000 salarios mínimos. – ¿Y eso cuánto es? – Pues de 12 mil 450 a un ‘milloncejo’ 245 mil chuchos de multa. – ¡Ala madre! entonces no les conviene que los agarren en la movida.
– No pos no, de hecho algunos patrones les dicen que si les caen multas pues menos van a poder repartir utilidades, pero eso es falso porque esa lana es del ejercicio fiscal del año pasado. – ¿Y tú que me recomiendas compi? ¿los echamos de cabeza o no? – Pues yo te recomiendo que si, porque no repartir un dinero que por ley no te pertenece es un robo.
– Se me hace que sí, llegando a la casa les pongo dedo. El reparto de utilidades es un derecho constitucional que tienen los trabajadores. Si no te lo pagan denúncialo. Demasiada pata de perro por esta semana.
POR JORGE ZAMORA