CIUDAD VICTORIA, TAM.- “Desde que perdí la vista soy mejor en muchos sentidos, sí se puede, estoy ciego, no enfermo, puedo hacer todo”, son las palabras de Ángel Tadeo Ornelas, emprendedor, padre de familia y estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAT, quien se ha convertido en todo un ejemplo de resiliencia y superación.
El victorense que lamentablemente perdió la vista a la edad de 24 años, explicó que “Fui diagnosticado con glaucoma, es una enfermedad degenerativa, ya lo traía cargando, pero no me daba cuenta, el calor y la presión alta, me quemaron la retina, lamentablemente perdí el sentido de la vista, se siente mal al principio, pero me fui acostumbrando, esto me hizo mejor persona”.
Ángel recordó aquel momento del 2018 en que su vida cambiaría para siempre, “En mi día de descanso visité a mi mamá, tras días de no dormir bien, me sentía muy cansado; al despertar traía mi ojo muy rojo, no le hice caso, así me fui a trabajar, al día siguiente ya veía amarillo y las lineas distorsionadas, aún así me fui a trabajar”.
“…A las cuatro de la tarde me dio un dolor insoportable, pero mi sentido de responsabilidad me hizo terminar mi turno, ese fue mi último día de trabajo, en ese momento era guardia de seguridad, desde ahí ya puras incapacidades y negligencias médicas, me dieron cita para un mes después, no hubo atención y gradualmente perdí mi vista”, revela.
Conforme avanzaban los días, se iban presentando nuevas situaciones, algunas muy dolorosas. “Lo más difícil fue saber que no iba a volver a ver a mi hijo, eso me dolió mucho, me derrumbé y lloré mucho, es un duelo que sigue ahí, el dolor físico y el de ya no ver, siempre estará ahí”.
“La última vez que vi su cara fue cuando él tenía diez meses, esa imagen sigue en mi cabeza, él es mi motor, es mi fuerza para seguir adelante, me ha demostrado mucha madurez a pesar de su corta edad, siempre me sorprende, es mi ángel, por que me va guiando y me va enseñando”.
VIVIÓ UNA MUY FUERTE DEPRESIÓN
La noticia de que no volvería a ver, lo hizo caer en una profunda depresión, pues “Siendo el jefe de la casa, me dolía no poder trabajar y que no me dieran trabajo, yo me sentía derrumbado, le pedía a mi esposa que me aventara al monte y me dejara ahí que me perdiera, yo le agradezco mucho que nunca lo hizo”.
Y revela, que cuando estaba más fuerte la crisis, “Yo me aventaba a las calles a que me atropellaran, me le ponía a los carros, yo iba con la idea de irme de este mundo, y qué equivocado estaba, que tal que me pasaba algo y quedaba peor, iba a ser una carga para mi hijo y mi esposa”.
TRABAJANDO SALIÓ ADELANTE
Con el apoyo de su esposa Deysi, sus padres y con mucho amor propio, Ángel Tadeo logró vencer las barreras y se convirtió en emprendedor, “Yo no tenía idea de cómo sacar para `la papa´, lo que sí es
que yo nunca he querido salir a pedir dinero, yo estoy en contra de eso, yo cambié la palabra no puedo, por voy a hacerlo”.
“Mi esposa fue mi pilar, siempre estuvo conmigo, juntos decidimos emprender y en la casa pusimos una tienda de abarrotes, tuve que aprenderme las monedas y los billetes al tacto, me quisieron chamaquear, pero yo ya los identificaba, así empecé a ganarme la vida”.
Posteriormente, junto a su esposa e hijo, se mudaron a un rancho a Villa de Casas, ahí surtieron la tienda y consiguió un asador para empezar a vender comida.
“Mi pasión por la cocina, nace porque mis papás trabajaban mucho, me aburría de las sopas instantáneas y comencé a cocinar, yo aprendí solito, también viendo cómo cocinaba mi abuela materna, me comenzó a gustar, comencé a aprender recetas y ya yo les ponía mi toque, la cocina se convirtió en una pasión…”
Trabajó en varios restaurantes, sus primeros pasos fueron en las parrillas, también vivió seis años en Tuxpan, Veracruz y se enorgullece al decir que “Mi especialidad son los cortes, hoy con el simple olfato y oído sé el punto de la carne y qué tipo de carne es”.
“EN LA UAT ME SIENTO EN CASA”
Ángel Tadeo reflexionó sobre el momento que estaba viviendo junto a su familia y decidió salir de la zona de confort, “En ese momento yo usaba un teléfono normal y no tenia saldo, yo ya estaba muy enojado, y en eso me llegó una visión en la cabeza con letras rojas, y en mi celular se reprodujo un video de YouTube, donde hablaban que un chico ciego de Colombia trabajaba y hacía todo, ese fue mi motivo de volver a Victoria”.
Tras realizar una investigación encontró su nuevo hogar en la Facultad de Derecho, donde fue recibido y arropado por el personal y los alumnos, “A la Universidad le agradezco mucho, me he sentido en casa y he aprendido mucho, yo me encontré una gran familia en la UAT, le agradezco a todos, a la Coordinadora Judith Terán, a los compañeros y a los maestros, siempre he sentido el apoyo”.
Actualmente cursa el tercer semestre de la carrera de Ciencias de la Comunicación, donde busca prepararse para posteriormente convertirse en Locutor y ser conferencista, “Quiero que no le cierren las puertas a las personas con discapacidad”.
EMPRENDEDOR Y ESTUDIANTE
El día comienza a las tres de la mañana para Ángel, a esa hora comienza a cocinar las flautas que se llevará a la escuela para vender, “A las seis en punto salgo para la escuela, me voy solo, en taxi de plataforma, siempre intento irme a esa hora por que sale más barato y le gano al tráfico”.
Sobre su negocio, explica que “Yo lo hacía para agradecer a mis compañeros, les cocinaba y regalaba flautas, la discada es mi especialidad, también hago de otros guisos y hasta a veces me llevo bolys, ellos me impulsaron a que vendiera, a mí me daba pena, hay veces que está la venta bien, a veces no, pero ahí estamos, por fortuna tengo el apoyo de mi papá, pero lo que vendo en la Escuela es mi principal entrada de dinero”.
Tadeo reconoce en todo momento que gran parte de lo bien que le va, es por el amor de su familia, “A mi esposa le agradezco que siempre me ha apoyado, sufrió conmigo, le agradezco que se haya quedado y no me abandonó como otras personas lo han hecho”.
Y para cerrar, Ángel confirmó que “Desde que perdí la vista soy mejor, la ceguera me ha dado más cosas de las que me quitó. Al que esté pasando por algo complicado, le digo que no te quedes sentado, levántate y camina, búscale la forma, pero no te quedes ahí, hay muchas cosas que hacer y siempre se puede”.
POR DANIEL RÍOS