Como dice la estrofa de una canción norteña, “Pa´que son pasiones si al cabo el amor se acaba”, justo eso es lo que debemos analizar en estos días de intensa actividad política, en tiempos que los aspirantes a un puesto de elección popular buscan a toda costa llamar la atención y muchas veces provocan divisionismo entre amigos y familiares.
Bien dicen que en política y religión nunca se pondrá de acuerdo toda la población pues cada quien tiene sus afinidades, ideologías, compromisos o conveniencias, razón por la que es preferible no hablar mucho de esos temas en reuniones de amigos o familiares para evitar cualquier discusión.
Claro que es bueno involucrarse en temas políticos, pero todo a su debido tiempo, guardando las proporciones y lo más importante, no apasionarse, y menos por causas ajenas.
En estos tiempos en que están en su momento más álgido las precampañas será bueno que los apasionamientos solo entre los candidatos o sus seguidores cercanos, no es sano que hagan participe al pueblo de sus acaloramientos electorales porque terminaran por cansar a los votantes.
Arreciará la actividad política en los próximos días, en todos los municipios de la entidad se verá mucho movimiento político, los aspirantes a presidentes municipales y legisladores federales y locales, de todos los colores y sabores, se moverán desesperadamente, pero la ciudadanía debe ser cautelosa, no entrar en su juego si no hay necesidad, pues luego los apasionados de a pie son los únicos que pagan los platos rotos.
Ya se ve como los grupos de unos y de otros se desgarran las vestiduras tratando de convencer a propios y extraños que su amigo, pariente, jefe, cómplice o compadre es el mejor y en los días por venir los apasionamientos estarán más al rojo vivo.
Las redes sociales saturadas con mensajes a favor y en contra de unos y de otros, acreditando y desacreditando, pero el pueblo, que a final de cuentas será el que les valide o rechace en las urnas, debe mantenerse observador del proceso para elegir al mejor, así que mientras llega el día de la elección será bueno no entrar en conflictos por asuntos políticos, causas ajenas.
Cierto es que cada aspirante está obligado hacer todo a su alcance para llegar a los votantes, así son las contiendas electorales, pero lo que no es válido es que con sus mensajes provoquen conflictos entre la ciudadanía.
No es muy sano que, en su intención de ganar espacios, provoquen que la gente que no tienen nada que ver con los proyectos políticos tomen partido y se tengan hasta rupturas familiares por algo, que, a decir verdad, ni les va ni les viene, solo son apasionamientos propios del momento.
Ni las diferencias, pleitos familiares o porras en las redes sociales harán que la balanza se incline a favor de nadie, el que vaya ser el elegido ya lo fue o lo será y listo, lo que debemos hacer el día de la elección es acudir a las urnas y votar por quien realmente convenció, tiene un proyecto viable y sabe de gestión para bajar recursos que beneficien a la población.
De hecho, no por mucho que ataquen a tal o cual personaje en las redes sociales o enaltezcan a otro hará que la ciudadanía cambie de opinión y su voto el día de la elección, y puede haber buenos aspirantes, pero siempre hay unos mejores que otros, lo que importa es que la ciudadanía vea quien puede hacer más por el pueblo, que recuerden que chamba mata grilla y privilegien a quien más haya trabajado.
Más que hacer que la ciudadanía entre en conflicto durante las campañas políticas lo mejor es que los que quieran ganarse el voto de la ciudadanía le convenzan con sus actos, el verbo, las mentiras y descalificaciones en redes sociales no sirven, se requieren hechos, antecedente de que saben hacer bien las cosas.
Mientras tanto, la recomendación para la ciudadanía, sea quien sea su candidato, es que en campaña no pierda a sus amigos ni familiares por apasionamientos políticos.
Insistimos, en estos tiempos ya no es bueno apasionarse con los candidatos, mejor razonar quiénes son, qué les avala, qué han hecho de beneficio para el pueblo, si sus propuestas son coherentes o no.
Si el candidato es bueno pues apostarle, de lo contrario, así es que reiteramos, como dice la canción, “pa´que son pasiones, al cabo el amor, de los políticos para el pueblo, se acaba” …
POR ROSA ELENA GONZÁLEZ