CIUDAD VICTORIA, TAM.- En un mes empezaría un siniestro pecuario histórico en Tamaulipas, con el inicio de la disminución del hato ganadero que se prevé sea en más de un 50 por ciento, debido a sólo una razón que es la sequía.
La muerte de semovientes y la venta de pánico de éstas, son los dos factores principales que ocasionarán un estado de alerta en el rubro ganadero si continúa sin haber lluvias.
José Guerrero Gamboa, presidente de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas (UGRT) advirtió todo lo anterior, al ser entrevistado respecto al tema y a lo que vislumbran en próximas semanas.
Y es que el sector que representa es uno de los más afectados por las precipitaciones tan bajas que cada vez son menos desde hace casi 10 años en nuestra Entidad.
Entonces visualiza un panorama desolador si es que la naturaleza no brinda de su bondad al campo tamaulipeco.
“El problema grave lo traemos en Aldama, allá como no estaban acostumbrados a lidiar con la sequía por su terreno, pues han tenido que lidiar con la sequía cada día y llegar a que en algunos ranchos no tener comida para dar a los animales y tener que comprar insumos como pacas de zacate o pacas de sorgo”.
“Tranquilamente, si te vas a cinco años para acá, traíamos un 40 más lo de este año lo que le vamos a agregar, pues yo creo que va a ser más del 50 por ciento”, dijo Guerrero Gamboa.
De igual manera explicó que no existe ya en Tamauliapas sitios de renta para pastar, ya que al no haber precipitaciones, no crece la hierba que las reces ocupan para alimentarse.
Así también esto terminaría por ser poco redituable y posiblemente a que esta actividad tan representativa de Tamaulipas desaparezca por completo.
“Ahorita ya no hay aquí en el centro quien haga pacas (de zacate o socia de sorgo) pero tampoco encuentras potreros de renta”.
“En otras ocasiones movías el ganado a donde sí había llovido, pero ahorita en la parte sur del Estado no tenemos nada de eso; estamos en una situación grave de agua y comida en las unidades de producción (ranchos)”.
Por último dijo tener esperanza de que las lluvias se registren y puedan entonces efectuar un programa de repoblamiento bovino que ayude a recuperar lo perdido desde hace media década.
POR ANTONIO H. MANDUJANO