Después de que los huracanes de 1933, el Hilda de 1955 y el Inés de 1966 azotaron la zona, los habitantes de Tampico, Madero y la región sentían temor cada vez que empezaba la temporada de lluvias, ahora, sin embargo, la gente anhela que la tormenta tropical Alberto toque tierra en Tamaulipas.
Los estragos causados por la sequía han sido tan severos que no solamente no tiene miedo, sino que hasta rezan para que el meteoro entre a nuestras costas y las lluvias que traerá consigo llenen las presas, recarguen los ríos y lagunas y pongan fin a la contingencia de escasez de agua.
Si el pronóstico más reciente antes de cerrar este espacio resulta acertado, la tormenta entraría a tierra antes de la media noche del miércoles o primeras horas de la madrugada de este jueves a la altura de la Barra del Tordo de Aldama, el puerto industrial de Altamira o incluso que impacte directamente a ciudad Madero y Tampico.
Es necesario advertir que, a pesar del deseo generalizado de que llueva, las familias deben de tomar precauciones y no exponerse al peligro del fenómeno. También a que aprendan la lección causada por la insuficiencia acuífera y en lo sucesivo cuiden el agua y hagan cuanto esté en sus manos para que la disponibilidad alcance para cubrir las necesidades de todos.
También plantea la necesidad de que las grandes industrias establecidas en el área metropolitana tamaulipeca, especialmente las cerveceras, purificadoras y refresqueras, adquieran plantas desalinizadoras del agua del mar y dejen el resto para el abasto del comercio, hospitales, escuelas y moradores en general.
En temas políticos, por otra parte, el alcalde de Tampico, Chucho Nader, trabaja al mismo ritmo con el que inició su gestión de seis años al frente del gobierno de la ciudad, continúa inaugurando pavimentación de calles y verifica que todas las dependencias municipales cumplan con los programas más apremiantes.
Es, asimismo, el caso del diputado electo y secretario de Servicios Públicos, Pepe Shekaiban, quien además de mantener óptimo el servicio de limpieza, movilizó desde hace varios días al equipo del municipio para desazolvar canales y drenes pluviales, igual que la poda y derrumbe de aquellos árboles que representan cualquier riesgo.
En ciudad Madero, el presidente Adrián Oseguera no se queda atrás. Desde las primeras horas del martes restringió el acceso de paseantes a la playa de Miramar y a las escolleras a causa del fuerte oleaje y supervisó que los albergues temporales estuvieran listos para recibir a las familias que viven en las áreas más vulnerables.
Como en Tampico y Madero, el munícipe de Altamira, Armando Martínez, declaró en alerta el consejo municipal de protección Civil desde el domingo y una vigilancia especial en todo el municipio, a efecto de atender cualquier emergencia que pudiera constituir una amenaza.
Al mismo tiempo procedi0 a la habilitación inmediata de los refugios y la disposición de alimentos y atención médica para los afectados por Alberto. El jefe edilicio aprovechó para llamar a los altamirenses a guarecerse en sus hogares y en el caso de los que viven en viviendas riesgosas, emigrar a sitios seguros o a los albergues abiertos por las autoridades.
El objetivo de todas medidas es superar las eventualidades climatológicas e hídricas sin desgracias que lamentar.
POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ
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