El 1 de octubre comenzará en Tamaulipas una nueva realidad política, con nuevas dinámicas del poder.
Ya se ha dicho: los resultados del pasado 2 de junio le otorgaron a Américo Villarreal Anaya todas las herramientas para garantizar que pueda concretar su visión de gobierno, y claro, también su agenda política.
Tiene a la mano la facultad de mover sus piezas para encarar el segundo tercio de administración con todos los hilos del poder, pensando ya no solo en los próximos cuatro años, sino en lo que va a ocurrir más allá del 2028.
Pero por lo pronto, el gobernador estará sumergido en un proceso de reflexión para diseñar ahora sí, una estructura de gobierno a la medida, en la que puede incluir a los organismos autónomos que aún hoy responden a los intereses de la anterior administración, tendiendo velos de protección para los ex funcionarios más cercanos al grupo cabecita.
Con la mayoría calificada en el Congreso, Américo tiene la posibilidad de iniciar un proceso de renovación en la Fiscalía General de Justicia.
Si bien, desde el inicio del sexenio Irving Barrios dio señales de concordia, los meses previos, incluido el proceso electoral, habían sido de mucha tensión por la persecución contra políticos de Morena.
Pero más allá de eso, Américo tiene la posibilidad de impulsar la llegada de un nuevo fiscal que permita una mayor integración entre su gobierno y las instituciones de procuración de justicia.
Y sobre todo, claro, que goce de su entera confianza.
Donde debe haber menos dudas es en la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción.
Ahí, a su titular Raúl Ramírez Castañeda ya se le acabó el tiempo.
Un procedimiento legislativo pulcro, basado en el hecho de que no cumplió con los exámenes de control y confianza que exige su puesto, será suficiente para que la mayoría calificada de la 4T, concrete su remoción.
El Supremo Tribunal de Justicia es la otra institución que ahora mismo debe estar bajo escrutinio en las reflexiones del gobernador.
Igual que las fiscalías, el Poder Judicial fue acusado en el proceso electoral de actuar bajo consigna política, llegando al extremo de intentar liberar órdenes de aprehensión contra el circulo cercano del entonces candidato morenista, Américo Villarreal.
Sobran evidencias de que algunos magistrados aún atienden las indicaciones del ex gobernador Cabeza de Vaca, por lo que también se visualiza en el mediano plazo, una operación política legislativa para cambiarle la cara al Poder Judicial de Tamaulipas, para lo cual acaso sea útil la reforma que será aprobada en los próximos meses a nivel federal.
Desde luego, tan importante como tomar la determinación de renovar estos espacios, es la decisión de los perfiles que habrán de ocuparlos.
Además de la lealtad obligada, se requieren personajes bien capacitados para sacar adelante las tareas que les sean encomendadas.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES