A veinte días de la debacle del 2 de junio, uno de los principales operadores de la oposición admitió que jamás existió la posibilidad de vencer a Claudia Sheinbaum y que recurrieron a toda clase de engañifas para tratar de frenar a Claudia Sheinbaum, pero no lo consiguieron.
El creador del frente opositor y de la construcción de la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez, Claudio X. González Guajardo, reconoció que, a pesar de las mentiras que difundían en las declaraciones y spots publicitarios “Xóchitl nunca tuvo oportunidad de ganar la presidencia”.
Nuestro objetivo, bajo esas circunstancias, agregó el empresario, era “lograr contrapesos en el congreso y en los Estados, pero tampoco ocurrió”. Descartó asimismo que México pudiera convertirse en otro Venezuela, falacia con la trataban de restar adeptos a la Cuarta Transformación.
La fortaleza y diversificación de la economía mexicana, indicó el magnate, igual que la apertura al comercio global, son elementos disuasores y factores fundamentales que permiten ver con optimismo el futuro del país.
La derrota, señaló finalmente González Guajardo, los ha hecho reflexionar, aprender y corregir, vienen batallas duras, vaticinó, aunque, al mismo tiempo deseo éxito a la futura presidenta “por el bien de México”.
En Tamaulipas, mientras tanto, la novedad de la semana, además del paso de la tormenta tropical “Alberto”, fue la exitosa XVIII edición del Congreso Mexicano del Petróleo que tuvo lugar del 19 al 22 de junio en el centro de convenciones de Tampico, evento inaugurado por el gobernador Américo Villarreal Anaya y el director general de Pemex, Octavio Romero, y que, como señaló el alcalde, Chucho Nader, refleja la importancia estratégica del puerto como destino turístico.
La importancia del congreso, sin embargo, no se reduce a una derrama económica, revela que en tanto que el PRI y el PAN pretendían eliminar a Pemex con el argumento de que era una empresa improductiva, gracias a la reactivación que le impuso el gobierno de Morena, la paraestatal está en camino de conseguir la soberanía energética del país.
La propia excandidata presidencial, Xóchitl Gálvez Ruiz, como se recordará, anunció que, si llegaba a la presidencia desparecería a las refinerías de Cadereyta, Nuevo León, y de ciudad Madero, Tamaulipas.
Con el pretexto de que darían preferencia a la producción de energías limpias, a sabiendas de que el mundo tardará más de treinta años o más en prescindir de los combustibles fósiles, les parece mejor entregar los hidrocarburos a empresas extranjeras que el Estado los produzca en México.
Hablando de otras cosas, tras 78 años los dirigentes del PRI considerarán urgente cambiarle el nombre y hasta lo colores al ex partido hegemónico, esto como parte de los cambios a que someterán a la agrupación política durante los trabajos de la asamblea extraordinaria del 7 de julio, para tratar de sobrevivir a los problemas que la tienen al borde de la extinción.
En las filas del PAN las cosas tampoco lucen promisorias.
Tanto las bases militantes como los exgobernadores y otras figuras destacadas de la organización siguen presionando para que se proceda a la renovación de la dirigencia encabezada por Marko Cortés, entre otros cambios de fondo que consideran indispensables para rescatar al albiazul de la crisis que lo tienen en la inopia desde hace seis años.
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