CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Conforme transformamos nuestros valles y semidesiertos en asentamientos humanos, el conocimiento sobre las especies que los habitan parece tornarse menos y menos relevante en nuestras vidas diarias. Creo en la importancia de abogar que este en realidad nunca es el caso. Siendo Tamaulipas un estado tan privilegiado en términos de fauna, es bastante seguro asumir que los encuentros urbanos con animales silvestres no dejarán de ocurrir pronto – y de hecho aumentarán considerablemente en frecuencia tras estas lluvias. Un buen porcentaje de aquellas especies que avistaremos más seguido son víctimas de creencias capaces de perjudicar tanto a quien las porta como de quien tratan. He aquí un ejemplo.
Si el rojo toca al amarillo, es venenosa. Al menos eso es lo que se repite cada que se habla sobre serpientes de coral en Norteamérica. La verdad es más compleja: el mito del patrón RANA (rojo-amarillo-negro-amarillo para identificar a una coral verdadera) origina en Estados Unidos, donde sus escasas 2 especies de corales permiten que sí les aplique. Acá en México, el país con la mayor diversidad de serpientes en el planeta, tenemos varios ejemplos de claras excepciones que convierten a dicha frase en peligrosa desinformación. Uno de ellos es Micrurus laticollaris; donde el negro toca al rojo como si fuera una imitadora, pero que guarda un veneno neurotóxico con preocupante resistencia a los antídotos que usamos para el resto de corales. Ahí, las víctimas del mito serían humanos.
Estas fotos retratan un ejemplo opuesto, donde las víctimas son las mismas serpientes. El patrón que observamos es idéntico al de una Micrurus tener, la extraordinariamente venenosa coral del noreste, pero en realidad es portado por la bellísima e inofensiva Pliocercus elapoides, su más fiel imitadora. La selección natural se lució con su precisión de tonos – es prácticamente imposible distinguir una especie de la otra sin un ojo entrenado.
Los caracteres para diferenciarlas incluyen una cola tricolor en Pliocercus (bicolor en Micrurus), el tamaño de los ojos, la superposición de los anillos en la parte ventral, y la más importante: ausencia de la diminuta escama loreal en las corales verdaderas. Esta última puede ser vista en la foto de su rostro un cuadrado entre el ojo y la fosa nasal. Dado que nadie le va a andar revisando la panza y las escamas de la cara a una serpiente que tiene toda la pinta de cargar un coctel de neurotoxinas, el consejo ante un encuentro con ellas es: admiren a distancia. Estas serpientes son algunas de las más tímidas que existen, y la probabilidad de ser mordido sin realizar manipulación directa es prácticamente inútil de contemplar. Estas dos especies son clave para evitar la sobrepoblación de anfibios en la temporada que viene; tienen un importante trabajo que realizar. Nos conviene mucho cederles la clemencia de dejarlas seguir con su paso, por muchas más razones que esa.
Las tormentas tropicales implican una buena temporada para la fauna de Tamaulipas. Durante ella, exploraré por múltiples de sus ecosistemas en busca de algunas de nuestras especies más fascinantes – aquellas que sólo podemos avistar cuando las condiciones se alinean. ¡Los mantendré al tanto de lo que aparezca!
Fotos y texto. Marco Zozaya
📍Municipio de Victoria, Tamaulipas
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